Por: Mario Galeana

Bastaron casi 14 años para que el brazo de la justicia alcanzara al ex gobernador Mario Marín Torres y a su grupo político por la serie de violaciones a los derechos humanos que cometieron contra de periodista Lydia Cacho a finales de 2005.

Por el presunto delito de tortura, el 11 de abril una magistrada federal ordenó la aprehensión del ex mandatario poblano, junto al empresario Kamel Nacif Borge, el ex jefe de la Policía Judicial Adolfo Karam Beltrán y el ex comandante Juan Sánchez Moreno.

De todo el grupo, las autoridades sólo han detenido al último de la lista, quien durante el gobierno marinista fue jefe del Departamento de Mandamientos Judiciales, es decir, el área de la entonces Procuraduría General de Justicia que se encargaba de dar cumplimiento a las órdenes de aprehensión y presentación.

De acuerdo con información revelada por Mario Alberto Mejía, director general de 24 Horas Puebla, los implicados ya han sido amparados por el abogado José Luis Nassar Daw, del bufete jurídico Nassar y Nassar, con el propósito de no ser detenidos —algo que, según ciertas fuentes, resulta inútil, puesto que el delito que se les imputa es grave, que ningún amparo lograría librar—.

El paradero de Marín Torres y del resto es un enigma. Su última aparición pública ocurrió el 7 de abril, cuatro días antes de que se girara la orden de aprehensión. Aquel día, acompañó a Alberto Jiménez Merino, candidato por el PRI a la gubernatura de Puebla, a un mitin realizado en la junta auxiliar de La Resurrección.

Días antes, el ex mandatario de Puebla había dicho, orondo, que el caso Lydia Cacho había sido “cosa juzgada”.

Un argumento que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU echó por tierra al exigirle al gobierno mexicano que reabriera la causa, una vez que el caso no había sido debidamente procesado.

Esta orden del organismo internacional derivó en que el pasado 10 de enero el gobierno federal ofreciera disculpas públicas a la periodista por su detención arbitraria y punitiva.

Las consecuencias penales tardaron exactamente dos meses más, cuando la magistrada del Vigésimo Séptimo Circuito con sede en Quintana Roo, María Elena Suárez Préstamo, ordenó la detención del ex gobernador y su clan.

Once días han pasado desde entonces. Y once días ha resonado la misma pregunta: ¿En dónde está Mario Marín?

EL DESLINDE DE ALBERTO JIMÉNEZ MERINO

El 14 de abril, cuando la noticia sobre el inicio de la persecución contra Marín Torres y su grupo cobraba vuelo, esta casa editorial obtuvo una entrevista con el candidato por el PRI a la gubernatura de Puebla.

A bordo de un vehículo por el cual transitaba por la Sierra Norte, Alberto Jiménez Merino se deslindó de los hechos imputados a Marín Torres.

“No sé cuál es la fuente, ni tu intención. Yo lo que quiero decirte es que cada quien es responsable por sus actos, cada quien tiene que responder por sus actos y sus consecuencias”, afirmó, rotundo.

—Entonces, ¿Marín seguirá acompañándolo a sus giras?

—Los militantes que quieran venir a mi campaña estarán aquí con nosotros —contestó en la entrevista otorgada al mediodía de aquel domingo.

Marín Torres había acompañado a Jiménez Merino en varios actos públicos de campaña. La presencia del ex gobernador, incluso, había robado cámaras al candidato, cuya participación en el proceso electoral se debe, en buena parte, a que fue impulsado por el ex mandatario estatal en la puja interna del PRI.

Al arranque de su campaña, Jiménez Merino reconoció su amistad con Marín Torres y dijo no tener “ningún temor de algún impacto de ninguna naturaleza” ante la participación del ex gobernador en su campaña.

“Nunca he negado a mis amigos, nunca haría una deslealtad de ese tipo. Pero, también, debo decir que quienes hoy están integrando el equipo de trabajo son personas íntegras”, señaló.

En la entrevista cedida a 24 Horas Puebla, Jiménez Merino dijo que su campaña consiste en promover un nuevo comienzo, “un cambio con rumbo y responsabilidad para Puebla”.

“Y eso es lo que voy a seguir haciendo. No tengo nada que modificar. Por el contrario, estaré intensificando las actividades como lo hemos estado haciendo ahora en la Sierra Norte”, concluyó.

Desde entonces, el candidato del PRI a la gubernatura ha mantenido un perfil más bien bajo. Su ruta de campaña se ha prolongado indefinidamente por la Sierra Norte del estado, evadiendo a la prensa y realizando actos de campaña privados.

“NO ME DETENDRÉ”: CACHO

“No me detendré hasta que todos y cada uno terminen en prisión”, fue el mensaje que envió la periodista Lydia Cacho al celebrar las órdenes de aprehensión que se giraron en contra de Marín Torres y su grupo.

A través de su cuenta de Twitter, el 16 de abril la autora del libro Los Demonios del Edén recordó que en 2005 fue detenida, torturada y encarcelada por documentar una red de pederastia infantil y lavado de dinero que involucraba a 19 funcionarios públicos y empresarios internacionales.

“Desde hace 13 años me defiendo contra mis torturadores y los autores intelectuales de los crímenes que cometieron en mi contra”, dijo.

“No soy ni seré una mártir jamás, soy una periodista profesional que a lo largo de 30 años ha trabajado en la defensa y protección de los derechos humanos de los niños, las niñas y las mujeres del mundo (…) No me detendré a pesar del costo, hasta que todos y cada uno terminen en prisión, porque el Estado de Derecho es tuyo y mío”, sentenció.