El candidato al gobierno del estado por Morena-PTPVEM refirió que en 100 días reestructurará las policías municipales de toda la entidad y reiteró la intención de presentar una reforma constitucional que limite el poder del mandatario estatal.

Por: Mario Galeana

El día después del debate entre candidatos a la gubernatura no cambió en nada a Miguel Barbosa.

La noche anterior había sido una noche ardua. Llegó a su casa por la madrugada, tras una reunión con cientos de sus simpatizantes que lo proclamaron ganador del encuentro.

Por la mañana se despertó temprano y, junto a su infatigable esposa Rosario Orozco, llegó a una reunión con empresarios adscritos a la Cámara Nacional de la Industria y la Transformación (Canacintra) programada a las nueve en la que estuvo, como en la noche anterior, la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky Gurwitz.

Cuando le dieron el micrófono, delineó una vez más su modelo de gobierno. Ahí estaba la promesa de reestructurar en 100 días las policías municipales de todo el estado, como la intención de hacer una profunda reforma constitucional que limite el poder del gobernador: el cargo en el que ya se ve.

—El Poder Ejecutivo no tiene controles. Ustedes —dijo a los empresarios— han sufrido amenazas y el sometimiento que se ejerce desde el Poder Ejecutivo. Un Poder Ejecutivo requiere tener pesos y contrapesos para que en Puebla haya una vida democrática, y eso sólo existe si hay una reforma constitucional.

Terminó la reunión entre un alud de aplausos. Más tarde, entrevistado por la prensa, repasó brevemente lo acontecido la noche del debate, y lo hizo sólo para mofarse de Enrique Cárdenas, su rival.

—Enrique Cárdenas está absolutamente fuera de sus cabales, está enloquecido. Lloró toda la noche, según me dijeron. Llegó sollozando a una reunión que tuvo, con ojos llorosos, lagrimosos.

Le habían preguntado por las críticas que su rival había hecho sobre su condición física, y Barbosa —mitad en burla y mitad en gesto hosco—, lo acusó de representar la “miseria humana”.

—Este muchacho (Enrique Cárdenas) apenas está en pañales en los temas de polémica y debate público. Es miseria humana lo que carga en su corazón resentido, rencoroso. Quedó exhibido ante la gente como un desconcentrado, nervioso; llevaba documentos que se puso a leer, ¡todo lo que me decía lo leía! Los insultos los escribió… o sea, es verdaderamente enfermizo su comportamiento. ¿Cómo es posible que alguien escriba insultos contra otra persona?

Después, metido en ese atavío de candidato puntero, dijo que a su llegada al gobierno del estado analizará la eliminación del Impuesto Sobre la Nómina (ISN).

Reconoció que desconoce el estado del fideicomiso en el que se depositan los recursos del cobro de este impuesto, y que es administrado por la empresa Evercore para el pago correspondiente a los Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) contraídos durante el sexenio de Rafael Moreno Valle.

“Voy a esperar a llegar para revisar cómo está comprometido el Impuesto Sobre la Nómina, y, una vez revisado, si podemos encontrar la forma de liberarlo, lo vamos a cancelar. Vamos a derogar la Ley del Impuesto Sobre la Nómina y el impuesto en sí”, dijo.

“Hay que modificar todo el esquema de Evercore y esa reforma legal que vino a provocar la idea de que la deuda no es deuda y que los sistemas de participación pública-privada no son deuda”, insistió.