La Quinta Columna
Por Mario Alberto Mejía

La idea de un conversatorio con el gobernador Miguel Barbosa Huerta surgió en el restaurante Moncayo del hotel Crowne Plaza (de Hermanos Serdán) durante una de las varias cenas que quien esto escribe tuvo con él.

Una vez hecho público el anuncio a través de las redes sociales, empezaron las apuestas.

Unos juraban que nunca se llevaría a cabo.

No daban las razones.

Simplemente decían que era imposible que el gobernador llegara.

Confundían, es evidente, sus deseos con la realidad.

En el fondo deseaban que no se realizara esa conversación pública.

(Hubo incluso un locutor televisivo —doblado de pésimo agorero— que perdió una apuesta).

Lo cierto es que este viernes el conversatorio convocó no sólo al gobernador Barbosa sino a todo el Gabinete, diputados locales, diputados federales, empresarios, escritores, periodistas y público en general.

El escenario fue magnífico: el Salón Puebla del Crowne Plaza.

(En este hotel ha vivido durante casi dos años Miguel Barbosa con su esposa Rosario. Pronto lo dejará para irse a vivir a una casa rentada).

El gobernador y quien esto escribe hablaron de todo durante casi dos horas y media.

No hubo tema que se quedara en el caldero.

Y conforme pasaba el tiempo, el ánimo del gobernador iba a la alza.

Al inicio de la conversación, el gobernador Barbosa dijo que el ejercicio sería morboso.

Y vaya que lo fue.

Vea el hipócrita lector de lo que hablamos:

Sus primeros años, la vida en Tehuacán, los poblanos odiosos que arribaban creyéndose dueños de todo, la incursión en la izquierda y en la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas, la temporada en Puebla al frente del PRD estatal, los gobernadores que pagaban nóminas perredistas, la llegada a la Ciudad de México y a San Lázaro, la vida en el CEN del PRD, el apoyo a Moreno Valle en la puja por la gubernatura, el ascenso al Senado, la ruptura con Moreno Valle, el papel de Emilio Gamboa en el tema de la Presidencia de la Mesa Directiva, los hombres de poder, los viajes, la parafernalia de los ricos de México, el problema de salud, los días en el hospital, el reencuentro con López Obrador, el éxodo a Morena, el encuentro con Bartlett, el mensaje de Andy López Beltrán, el regreso a Puebla, las mentiras de Enrique Cárdenas para apropiarse de la candidatura, la primera campaña, la guerra contra Moreno Valle, el día de la elección, las primeras tendencias, el conflicto con Roy Campos, la madrugada incierta, la saga del hotel MM, la versión de que Martha Érika Alonso estaba ahí, la llamada de un alto personaje de la 4T para que la dejaran salir, el conflicto postelectoral, los mensajes de AMLO, el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la compra millonaria de magistrados, los días posteriores, la oferta presidencial para irse al gobierno federal en una excelente posición, el “no, gracias”, la creación del Frente Poblano por la Cuarta Transformación, la tarde del 24 de diciembre en Tehuacán cuando le informan de la caída del helicóptero, los rezos familiares por Martha Érika y Moreno Valle, los días de la transición que culminan con la elección de un gobierno interino, la nueva campaña, las adhesiones de priistas, panistas y morenovallistas, el papel de la prensa local, el triunfo, la elección del Gabinete, la tarea de investigar fraudes, irregularidades y chapuzas, el “todo nuevo” para acabar con los gobiernos convertidos en fórmulas para hacer negocios, los días que vendrán, el papel de doña Rosario y su familia, y la felicidad como estampa de vida.

Ufff.

Todo esto en casi dos horas y media, y ante un público ávido que quería más.

Igual que el gobernador, que no quería terminar el conversatorio e incitaba a la gente a pedir más.

Fue, hay que decirlo, una noche delirante que culminó con música de cuerdas, sones huastecos, gay crooners, vino, canapés y venta de la primera reimpresión de mi novela “Miedo y Asco en Casa Puebla”.

Detrás nuestro, durante el conversatorio, estuvieron las figuras de Manuel Bartlett, Alberto Jiménez Merino, Melquiades Morales, Joan Sebastian, Mario Marín, Kamel Nacif y Mariano Piña Olaya.

A lo largo de estos días compartiré con el hipócrita lector lector algunos pasajes de lo que dijo textualmente el gobernador, aunque hay que decir que da para un libro de más de trescientas páginas.

Me quedo por lo pronto con el elogio que hizo del abogado Ricardo Velázquez, súper consejero jurídico del gobierno, a quien calificó de “alma gemela” con quien comparte el juarismo, la honestidad, las ganas de cambiar las cosas y la comida, pues de manera regular comparten alimentos en Casa Aguayo, donde, agregó, se hacen los mejores chiles en nogada del mundo.

—¿Quién es el chef? — le pregunté.

—Mi esposa: Rosario Orozco.

El gobernador dijo que, como en el caso de Olivia Salomón —secretaria de Economía—, a Ricardo le ofreció la Consejería Jurídica el día que lo conoció.

Hoy por hoy —tal como lo hizo Miguel de la Madrid Hurtado— no firma ningún documento que su consejero no haya rubricado con anterioridad.

La versión de que Martha Érika Alonso estuvo en la cocina del hotel MM dos días después de la elección de 2018 —que fue publicada de inmediato por Periódico Central y Cambio— fue una de las muchas revelaciones inéditas de la noche.

Incluso dijo que personajes ligados a la Cuarta Transformación que despachan en Palacio Nacional hablaron con él para que dejara salir a la ex gobernadora ya por la noche.

Tras la publicación de esa versión, Florentino Alonso me escribió para decirme que su hermano Martha Érika nunca estuvo en el MM ese día y que se mantuvo en la casa de doña Martha Hidalgo —su madre—“ayudando a su gente por teléfono”.

Mañana continuaré con las revelaciones.

Mientras tanto, que los parias paguen las apuestas que perdieron.

Nota Bene.  En un momento del conversatorio, el gobernador aseguró que tanto el Instituto Electoral del Estado como el Tribunal Electoral estuvieron al servicio de Rafael Moreno Valle.

Hay que decir, también, que el magistrado Gerardo Sarabia promovió votos particulares durante la elección en la que contendieron Martha Érika Alonso y Miguel Barbosa.

Derivado de ello, entre otros aspectos, fue que la Sala Superior del TEPJF determinó la apertura y el recuento de todas las casillas.

Es cuanto.