Bitácora

Por: Pascal Beltrán del Río 

Piedra Ibarra no ha entendido lo cuestionada que está su presencia al frente del organismo.

El desaseo para imponer a Rosario Piedra en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) no se quita con nada. Por usar una frase conocida, no se lava ni con toda el agua de los océanos.

Tan es así, que la oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas emitió el miércoles un comunicado en el que reconoce el “rol fundamental de la CNDH en la promoción y protección de los derechos humanos y su valioso aporte en la construcción de una sociedad democrática y un Estado de derecho”.

Agrega el texto: “Para el ejercicio cabal de su mandato, la CNDH necesita estar dotada de plena independencia y legitimidad.

Esto supone, entre otros requisitos, que el proceso de designación de su titular sea particularmente escrupuloso, objetivo, transparente y certero, de forma que evite cualquier tipo de cuestionamiento que afecte la legitimidad de la persona que se designa, de la institución cuya cabeza se nombra y de quien hace la elección respectiva.

“El proceso de designación de la Presidencia de la CNDH estuvo marcado por un ambiente de polarización, dudas sobre el cumplimiento de los requisitos de elegibilidad de la candidata, a quien se tomó protesta y cuestionamientos respecto de si en la tercera votación se alcanzó la mayoría calificada que exige la Constitución”.

Dicha publicación fue el último acto en México del checo Jan Jařab como representante del Alto Comisionado.

Después de tres años y medio, Jařab se va para asumir la titularidad de la oficina en Chile. Si se considera que ése es el país de su jefa, la expresidenta Michelle Bachelet, así como la grave crisis política y de derechos humanos que vive dicha nación sudamericana, el texto lleva el respaldo implícito de la propia funcionaria.

Con frecuencia, la ONU ha sido un referente del presidente Andrés Manuel López Obrador. Recordemos, por ejemplo, que apeló a la organización para ayudarle a vender el avión presidencial. Sería importante que el oficialismo atendiera el mensaje que sobre la CNDH está enviando la ONU.

Ayer, Rosario Piedra dio una conferencia para tratar de mostrar que está al mando de la Comisión. Habló de un plan de austeridad y un programa de diez acciones inmediatas. Creo que no ha entendido lo cuestionada que está su presencia al frente del organismo.

Tanto, que el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, tuvo que salir a apoyarla, diciendo que ninguna autoridad puede desconocerla.

Pero la ombudsperson no puede funcionar con base en amenazas de juicio político, tiene que hacerlo con autoridad moral. Ella no la tiene y por eso debe renunciar.


 Buscapiés

* Sostener que la corrupción llegó aquí de la mano del conquistador Hernán Cortés significa reproducir la visión idílica del México prehispánico, un edén en el que todos los habitantes eran hermanos y donde nadie se quedaba con lo que no era suyo. Es decir, un lugar donde la transa no existía.

* Los historiadores tienen otros datos. Tan existía la corrupción en el México prehispánico que había normas para sancionarla. Y eran muy severas. Tanto, que el rey Nezahualcóyotl debió soportar que uno de sus hijos fuese condenado a muerte, castigo previsto en las leyes que él mismo había expedido.

* La corrupción es una conducta humana, presente desde tiempos inmemoriales. Mishchath, la llamaban los antiguos hebreos, que significa “la semilla de la nada”, la ruina. Diafthora, le decían los griegos, en cuya historia se cuenta que Aristóteles se corrompió al avisar a sus amigos que el rey Solón iba a perdonar las deudas.

* La corrupción no sólo es una conducta de larga data, sino que seguramente acompañará al ser humano hasta su extinción. No se puede acabar con ella, sino sólo contenerla.
Y para hacerlo no sirven de mucho las cátedras de moralidad, sino que se requieren leyes claras con sanciones que no admitan excepciones.