De acuerdo con la organización, los principales agresores siguen siendo las parejas sentimentales de las víctimas, pero también sus hijos, padres, tíos, padrastros, vecinos, compañeros de trabajo y conocidos

Por: Guadalupe Juárez

El año pasado, dos de cada 10 muje­res víctimas de feminicidio en la en­tidad fueron torturadas o mutiladas.

De acuerdo con el informe Una mirada al Feminicidio en Puebla del Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos AC (Odesyr) 2018- 2019, el resto de las agresiones que los feminicidas produjeron a las mu­jeres que asesinaron el año pasado fueron en 22.5% con arma de fuego y 27.5% por arma blanca.

También 7.5% de las mujeres que fallecieron fueron asfixiadas o es­tranguladas, 11.3% heridas por un objeto contundente, 13.8% presen­taron hematomas producidos por golpes, el 10% tuvo señales de abuso sexual, 3.8% quemaduras y 10% no se especifica el tipo de lesión.

El año pasado la organización con­tabilizó 80 probables feminicidios, los cuales se registraron en 44 mu­nicipios de la entidad, como Tehua­cán, Tecamachalco, Atlixco, Izúcar de Matamoros, la capital poblana y Tepeaca, por mencionar algunos.

Los principales agresores siguen siendo las parejas sentimentales de las víctimas, aunque el año pasado sólo pudieron identificar en 35 de los 80 casos el tipo de relación que tenían con la mujer que asesinaron, y de éstos, sólo nueve fueron detenidos.

Los homicidas también eran sus hijos, sus padres, tíos, padrastros, vecinos, compañeros de trabajo, co­nocidos y sólo en uno no tenía rela­ción con ella.

De dichos asesinatos por razón de género, en 46 casos los cadáveres fueron hallados en lugares públicos, de los cuales 18 se encontraron en lotes baldíos, campos de cultivo, pa­rajes; 16 en caminos, calles, carrete­ras, autopistas, vías del tren; cuatro más en ríos, presas y canales.

Otros cuatro se encontraron en barrancas y faldas de cerros, dos más en botes de basura y rellenos sanitarios, uno en un panteón y otro en un tianguis.

En espacios privados se hallaron 34 cuerpos de los 80, de los cuales 16 mujeres se encontraron en su propio domicilio, cinco víctimas en el hospital o ambulancia, cuatro en taxi o automóvil, tres en su espacio laboral, dos en un hotel o motel, dos en un domicilio particular, uno en un negocio y uno más en una casa en construcción.

Durante 2018 sólo pudieron identificar el nombre de 61 de las víctimas, 19 de ellas se desconoce quiénes eran. La víctima más joven tenía seis años, se llamaba Itzel, y la mayor con 73 años de edad de edad, se llamaba Guadalupe.

Por primera ocasión, el Odesyr identificó a las víctimas indirectas de las muertes de estas 80 mujeres, pues contabilizó a 16 menores de edad huérfanos tras la muerte de su madre.

Sólo una de las víctimas era de na­cionalidad ucraniana, 99% restante eran mexicanas, destaca el informe.