Samantha Páez Guzmán, coordinadora del Observatorio de Violencia de Género en Medios de Comunicación (Ovigem), refirió que 23.1% de las mujeres poblanas mayores de 18 años vivieron violencia en su entorno laboral durante 2019. Mientras que, durante enero y febrero de este año sólo se han recibido 10 denuncias por acoso en sus zonas de trabajo debido a que la mayoría de las mujeres no se atreven a levantar la voz.
Explicó que, según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al menos 531 mil 300 mujeres sufrieron violencia durante el año pasado.
“El hecho de que no se han recibido muchas denuncias por acoso en el trabajo es porque las mujeres no saben y no conocen cómo deben actuar, además de que existe miedo a que tomen represarías contra ellas”, afirmó.
Samantha Páez señaló que la principal violencia que se vive en el entorno laboral es la discriminación, seguida de la violencia sexual, así como la emocional y la física.
Asimismo, reiteró que se habla de hostigamiento cuando una persona superior jerárquica es quien insinúa brindar favores a cambio de un intercambio sexual o tocamientos.
Mientras que el acoso es cuando existe la misma jerarquía en la organización, donde los principales agresores son los compañeros de trabajo.
“El acoso hacia las mujeres se da porque son más vulnerables y los patrones les hacen saber que no hacen bien su trabajo; les reclaman retardos y faltas justificadas cuando se trata de cuestiones personales de la trabajadora y a veces esta situación se convierte en acoso”, afirmó.
La coordinadora del Ovigem comentó que el acoso sexual se denuncia poco, se condena menos y las empresas no responden, pues muchas veces pasa como algo desapercibido: “La Ley del Trabajo dice que las empresas o lugares de trabajo que permitan el acoso o que no tomen acciones ante el acoso pueden ser multados y si ellas en algún momento han sido víctimas de este delito y han dicho a sus propias empresas la situación y las empresas no han hecho nada pueden acudir a la Secretaria del Trabajo, para que actúen ante eso hechos”.
Samantha Páez insistió que las empresas deben contar con protocolos, así como pláticas, y cursos que desenmascaren la violencia en el trabajo, pues ello ayudaría a mantener un mejor entorno laboral, así como erradicar esta práctica contra las mujeres.
“Las empresas deben actuar cuando tengan conocimiento de este tipo de denuncias y actúen en contra de los agresores porque si el agresor sigue trabajando como si nada va a seguir acosando o hostigando a otras mujeres. Es importante que reconozcan sus obligaciones en este tipo de casos y apoyar a las mujeres”, finalizó.