Los cubrebocas se están convirtiendo rápidamente en accesorios de moda para los indonesios y malasios que desean añadir algo de estilo y humor a protección, cuando no hay indicios de que la amenaza global del coronavirus vaya a desaparecer a corto plazo.

 

Las mascarillas hechas a medida están ganando popularidad en Indonesia, donde los clientes piden diseños con sus propias caras impresas en material de neopreno reutilizable, algunas con caras sonrientes, o grandes labios rojos, como que le han hecho a Heni Kusmijati, de 46 años.

 

“Cuando la gente nos ve, parece que se preguntan por qué sonreímos y reímos”, comenta.

 

Una tienda de impresión de Yakarta añadió la confección de mascarillas a sus servicios después de que sus ventas se redujeran por el virus, que ha infectado a más de 50.000 indonesios y provocado la muerte de 2.620.

 

Los clientes hacen pedidos en internet y suben sus fotos. Las mascarillas tardan 30 minutos en producirse y cada una cuesta 50.000 rupias (3,50 dólares), ingresos que han mantenido a flote el negocio de Nicholas Septian Sugandi.

 

“Al principio, nos sentíamos escépticos” sobre la fabricación de mascarillas, dice. “Pero más tarde, la demanda aumentó, y está ayudando a recuperarnos de las pérdidas”.

 

Hay ideas similares en el sudeste asiático, como un artista de efectos especiales filipino desempleado que ahora hace mascarillas de terror, y una madre soltera tailandesa que diseña visores faciales con personajes de dibujos animados y películas.

 

Los diseños de “batik”, una técnica de teñido con la aplicación de capas de cera, son populares en Malasia, donde el uso de mascarillas no es obligatorio pero a menudo es solicitado por los establecimientos comerciales. Malasia ha informado de cerca de 8.600 casos de COVID-19 y 121 decesos.

 

El diseñador textil malasio Hafiz Drahman tiene mascarillas hechas de algodón suave que incluyen bolsillos opcionales para añadir filtros, elaboradas con sus existencias de tela decorada con cera y tinte, una antigua tradición.

 

“Empecé a ver una nueva oportunidad en la fabricación de mascarillas de batik porque en ese momento ordenaron que usáramos mascarillas por seguridad personal”, cuenta Hafiz en su taller en la ciudad de Shah Alam.

 

Con información de 24 Horas El Diario Sin Límites.

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