“Pásele, pásele, tenemos tacos de cabeza, costilla y mixiote, ¿cuántos le doy?”.

Así llama a la clientela un solitario vendedor de tacos de la esquina de la calle 5 de Mayo y la 2 Poniente en el centro de Puebla durante una noche fría y lluviosa del 15 de Septiembre.

Las luces del semáforo y de las lámparas se reflejan con el agua encharcada de la emblemática avenida que conecta al zócalo, los portales y la Catedral.

Del Zócalo a la 10 Poniente nadie camina, ningún coche pasa, la noche del Grito de Independencia fue inédita, sin gente, sin ambulantes, únicamente se observan a lo lejos policías pegados a la pared que se protegían de la intensa lluvia.

El taquero de nombre José nos cuenta que invirtió 6 mil pesos en carne y trabajo para preparar la carne de res en costilla, cabeza y mixiotes; es casi la una de la madrugada del 16 de Septiembre y solo ha vendido 20 tacos.

“Así es el comercio, se gana y se pierde, no hay economía por que hay poco trabajo por la pandemia del Coronavirus, a veces se gana y a veces se pierde, hoy lamentablemente nos tocó perder mi joven.

¿Cuántos le doy?.

– “Pásele, pásele, tenemos tacos de cabeza, costilla y mixioteeeeee”.