“Nos mantenemos en la lucha y con la mejor disposición y ganas de salir adelante ayudando a los pacientes con esta enfermedad”, es el testimonio de Marisela Ramos González, enfermera en el Hospital General de Uruapan “Dr. Pedro Daniel Martínez”.

De acuerdo con un comunicado de prensa, este nosocomio de la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM) es uno de los que registra mayor ocupación en camas reconvertidas para la atención de pacientes graves por COVID-19.

La epidemia no solo ha cambiado la forma en la que Marisela realiza su trabajo, le quitó la vida a uno de sus seres más queridos, “con respecto a mi vida familiar también cambió, desafortunadamente perdí a mi ser más querido, mi madre”.

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La trabajadora de la SSM está comprometida con la salud y bienestar de las y los michoacanos, y todos los días da lo mejor de sí para ayudar a los enfermos de COVID-19 a recuperarse y regresar con sus familias, desafortunadamente en el caso de su madre no fue así.

Además del estrés, cansancio y agotamiento por las extensas jornadas al cuidado de los pacientes, el COVID-19 también afecta a las familias de las y los trabajadores de la salud, quienes hacen todo lo posible por ayudarlos a recuperarse, sin embargo, no en todos los casos es posible.

La prevención sigue siendo la única manera de romper la cadena de contagio, mientras no exista una cura contra esta enfermedad.

Uso constante y adecuado de cubrebocas, lavarse frecuentemente las manos con la técnica correcta, cuando no sea posible utilizar gel antibacterial con alcohol al 70%y quedarse en casa cuando no se tengan que realizar actividades esenciales, son las recomendaciones de la SSM a la población en general.

Con información de Quadratin

 

ica

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