La situación actual obligó a las instituciones de educación a impartir sus clases de forma virtual, todo un reto para docentes y estudiantes, pues mientras que los primeros han tenido que adaptar sus dinámicas de trabajo a las plataformas digitales, los segundos no siempre cuentan con una computadora o con internet.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) estima que 10 por ciento de la matrícula de nivel básico y 8 por ciento de nivel superior han abandonado sus estudios a causa de las nuevas condiciones derivadas de la pandemia.
Karla Villaseñor Palma, profesora investigadora de la Licenciatura en Procesos Educativos, de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la BUAP, opinó que en estos tiempos es muy importante reconocer que la educación sólo es posible con la participación de todos los actores involucrados.
La académica recalcó que la situación actual “nos ha hecho más sensibles y conscientes acerca de cómo viven muchos estudiantes y el compromiso que tenemos de garantizar que los recursos digitales estén disponibles para que los estudiantes puedan descargarlos y visualizarlos en el momento que lo necesiten”.
Al impartir las clases virtuales la retroalimentación que se genera por las clases presenciales no siempre es posible, ya que muchos de los estudiantes se enfrentan a situaciones complejas en sus hogares.
“Debido a esto, como profesores hemos aprendido a ser más solidarios, flexibles y creativos al momento de impartir las clases. Algunos docentes decidimos hacer un diagnóstico con los estudiantes, para que con base en esta información establezcamos las dinámicas y estrategias pertinentes para facilitar que los alumnos tengan una mayor facilidad de acceso a los contenidos de las clases”.
Algunas de las acciones que han hecho son debates y foros en los que el alumnado participa y comenta por medio del chat, también han grabado las clases que imparten de manera sincrónica, para subirlas después a las plataformas y que los y las estudiantes puedan consultarlas.
La académica comentó que también se ha demostrado el interés de los jóvenes, pues aquellos que no pudieron asistir a las sesiones online han buscado las formas de mantenerse en contacto con los docentes para estar al corriente, e incluso entre compañeros se han apoyado mutuamente.