Ante el reciente Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la pregunta sale a flote, ¿son las mujeres más libres y seguras en este lado de Europa? Si analizamos los números y los comparamos con nuestros países latinoamericanos, probablemente sí lo sea, pero las luchas, los feminicidios, las violaciones y los miedos siguen siendo los mismos.

En este año, este lado del mundo vio el retroceso de Polonia, un país que ha dado pasos atrás respecto a las leyes que benefician a las mujeres. Este camino ha sido abierto por parte de la derecha y la iglesia polaca.

Fue el 22 de octubre de este año cuando el Tribunal Constitucional de Polonia sentenció que la ley sobre el aborto era inconstitucional. Desde 1933, el aborto era autorizado por tres causas: violación o incesto, amenaza para la salud de la mujer y malformación del feto.

La pandemia fue una oportunidad para tomar estas decisiones de manera exprés, pues con el país confinado y preocupado por mantenerse a salvo, estas noticias serían menos escandalosas. Pero eso no sucedió, la determinación despertó un movimiento feminista imparable que esta semana ha prendido el país entero visibilizando que esta parte de Europa también tiene heridas.

La reciente revolución de mujeres en Polonia también trajo otros temas, como los lugares en el país que se pronunciaron como “zonas anti homosexuales” o como las grandes cerveceras que se unieron en contra del movimiento LGBT.

Medios europeos nombraron a Polonia como un país muy cercano a Latinoamérica, a propósito de estas decisiones y de la creciente violencia contra las mujeres.  Pero considero que las comparaciones en este momento no valdrían la pena. Las razones y el origen siempre son los mismos.

Alemania, y especialmente Berlín, le han dado un apoyo y un espacio a estas mujeres, muchas de ellas han buscado un mejor camino en este país vecino, en donde al menos existe el área suficiente para expresar su ira.

El machismo, el estado, la religión y un largo etcétera se replican en todo el mundo para no favorecernos como mujeres. Tal vez con otro idioma, otras reglas y otros modos, pero al final somos una lucha constante por tener una vida digna, por mantenernos vivas y con derechos esenciales.

Cerca del Covid-19

Alemania continúa en rojo y el confinamiento se ha alargado hasta el 20 de diciembre. El objetivo es salvar la navidad, la regla es no celebrar con más de 10 personas. Paciencia, disciplina y solidaridad son los tres puntos que pide Merkel en el próximo mes.

Como mexicana viviendo en un país extranjero, respeto y tomo nota de las próximas reglas. Desde hace una semana hago cuarentena, todo parece indicar que el Covid-19 me ha alcanzado, aún espero noticias del examen, pero ya se los contaré a detalle en la próxima entrega de esta columna.

 

@dianaegomez

Cartas desde Berlín por Diana Gómez