En Puebla no habrá ningún acuerdo con aquellos que participaron en la transferencia de los recursos de la Jenkins a paraísos fiscales, afirmó el gobernador, Miguel Barbosa.

En su conferencia de prensa matutina calificó estos hechos como un abuso dispendioso y dijo que la única forma de buscar un diálogo con esta administración es que primero regresen los 750 millones de dólares que salieron de la asociación hacia Jalisco y posteriormente a Panamá.

Puntualizó que su Gobierno no repetirá las mismas prácticas de corrupción que se secundaron en administraciones anteriores y que permitieron estas acciones que dañan el patrimonio de la reconocida institución.

Ante la situación que guarda el rector de la casa de estudios, Barbosa Huerta señaló, que Luis Ernesto Derbez no tendrá nada de qué preocuparse si realmente no existen anormalidades en estos hechos tal y como el propio académico lo ha expresado.

“Aquí no admitimos desmadres, aplicamos la ley, que les quede claro. Y en el caso de Derbez que no tengas preocupación si él tiene las manos limpias ya manejado honradamente el patrimonio de la universidad seguramente saldrá avante. Derbez formó parte de la concepción, de la planeación, de la concepción política de todo”.

El gobernador del Estado dijo que el abuso hacia esta fundación era conocido por muchos grupos sociales, particularmente por el gremio empresarial de Puebla. Por ello pidió a los representantes de las cámaras que den a conocer qué opinión tienen del traslado de estos recursos con propósitos personales.

“Qué opinión tienen los empresarios de que el dinero esté en Panamá y en bermudas y cuestionó si en verdad eso es estado de derecho. Que me digan esos jefecitos de las cámaras empresariales si eso es estado de derecho”.

Indicó que lo ocurrido con el capital de la Universidad una confabulación de los señores Jenkins, del patronato de la fundación de los que ellos también formaban parte y la llevaron a cabo con la anuencia de la entidad pública del Gobierno del Estado.

“Se llevaron el dinero y aparte hicieron otra fundación y mandaron el dinero a esa fundación cuyas reglas incluyen actividades que les permiten disponer de dinero de la nueva fundación”.

Indicó que primero se llevaron el dinero Aguascalientes, después se lo llevaron a Jalisco, donde tiene la sede un grupo de abogados que los asesora.

Dijo que después de tener el dinero en Jalisco se envió a Barbados y después a paraísos fiscales en Panamá por lo que ahora la Universidad de las Américas es de los pocos bienes que le quedan a la fundación Jenkins. “En esta se aloja desde la rectoría la concepción de todo lo que pasó, todos participaron”.