Puebla podrá presumir muchas cosas, incluso poseer el perchero más costoso del mundo: la rueda de observación, referida por la voz popular como la “ruedota de la fortuna”.

En eso terminan los aparatos que en el ámbito doméstico son adquiridos para ejercitarse o para el ornamento de salas, libreros o jardines. Desprovistos de la novedad familiar, terminan como toalleros o tendederos de ropa sucia.

Es en lo que devino uno de los proyectos más ambiciosos y ostentosos del fallecido Rafael Moreno Valle, para promover sus aspiraciones presidenciales desde el gobierno del estado, a donde arribó detrás de un engañoso discurso que decía “abre los ojos, lo mejor está por venir”.

La atracción fue vendida al mundo como la rueda de observación movible más grande del mundo, para lo que trajeron al Récord Guinness como si sólo la certificación fuera a servir a quienes han vivido en la precariedad absoluta.

Recuperar ese dato es impostergable, porque de acuerdo con el gobierno estatal serán necesarios 100 millones de pesos para habilitar la base sobre la que descansa la llamada “Estrella de Puebla” y estar en condiciones de ofrecer el servicio a propios y extraños.

La inversión que requiere esa faraónica obra constituye en sí mismo un monumento a la frivolidad política que privó durante el mandato del personaje panista, a quien aún ahora la dirigente de ese partido, Genoveva Huerta Villegas, invoca como un referente de buen gobierno.

Los 100 millones de pesos que se requieren ahí bien podrían haber sido destinados a programas como Hacer Vivienda, Hacer Futuro, con lo que se habrían financiado unas 550 acciones para beneficiar a 2 mil 250 poblanas y poblanos en situación de vulnerabilidad.

Habría permitido financiar la reparación de caminos y carreteras de las sierras Norte y Nororiental del estado, afectadas por el paso del huracán Grace, para lo que la administración destinó 125 millones de pesos.

En el campo, olvidado históricamente incluso por gobiernos que se han beneficio por sus políticas clientelares, como el PRI, podrían atenderse unos 14 mil pequeños productores que carecen de oportunidad para obtener microcréditos en el sistema financiero.

La rueda de observación fue traída por la firma alemana Maurer German Wheels, y su costo fue de 200 millones de pesos. La información detallada fue reservada en 2013 por los resquicios que permitía la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, no obstante dos expedientes bajo los números 38/STUR-01/2013 y 39/STUR-01/2013.

Con el paso del tiempo, se supo que colocar ese armatoste en la zona metropolitana -hubo un intento fallido de llevarlo al Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec- era un insulto por las precariedades de la Puebla de la época.

Según el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), en 2013 había en Puebla 3.8 millones de pobres, lo que significaba casi 70 por ciento de la población.

Puebla capital tenía 736 mil habitantes en condiciones paupérrimas y sólo era comparable con dos municipios lastimados por esos indicadores: Iztapalapa y Ecatepec.

Los números terminan por desmentir los discursos de oropel y la grandilocuencia. No hay forma de justificar ese gasto, pues.

 

@FerMaldonadoMX

parabolica.mx escribe Fernando Maldonado