El senador Alejandro Armenta está dispuesto a ponerle el cascabel al gato… o a los gobernadores, si cumple con el propósito de llevar al seno de la Cámara de Senadores una iniciativa para someter a referéndum el desempeño de los mandatarios y senadores de la República a la mitad de sus respectivos periodos.
Al menos eso adelantó en el programa ParabolicaTV, en una entrevista en la que el tema central seria su participación en el Parlamento Abierto sobre la iniciativa de ley para reformar la Reforma Eléctrica, que comenzó el 17 de enero.
Ante la inminente realización de la Consulta Popular para la revocación de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, hizo lo que políticamente es correcto y anticipó su voto para refrendar la permanencia del tabasqueño en Palacio Nacional.
Ya encarrilado, juzgó como una herencia histórica para los mexicanos que el líder de la Cuarta Transformación: la posibilidad de juzgar el desempeño de futuros presidentes de México a la mitad de sus respectivos mandatos.
La sola idea de replicar el ejercicio de participación a la mitad del camino gubernamental en ámbitos estatales parece una provocación en sí misma. Entraña análisis económico, técnico y, desde luego, regional en un país en el que conviven diferentes coyunturas y realidades; usos y costumbres.
Y de paso pondrá a prueba las capacidades de Armenta Mier para sacar una nueva ley en la materia que tendría alcances hasta el Constituyente Permanente, lo que implicaría a ambas cámaras -diputados y senadores- y congresos locales en las 32 entidades.
Ante la imposibilidad de materializar en lo inmediato una reforma de gran calado en el ámbito público, parece improbable aplique para evaluar a quienes resulten electos de los comicios de este año en Oaxaca, Hidalgo, Aguascalientes, Durango, Tamaulipas y Quintana Roo; más aún, en 2023 en el Estado de México y Coahuila.
En 2024 habrá cambio de poderes en nueve estados más. Se trata de la Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Veracruz, Yucatán y Tabasco y muchos de los aspirantes para competir por las gubernaturas de todos esos estados están entre sus compañeros en el Senado.
El mismo tiene condición de serio aspirante a la candidatura de Morena al gobierno de Puebla. Por ello la pregunta es obligada: ¿cuántos de esos senadores y senadoras que acarician la posibilidad ser candidatos por el partido que fuere, apoyarán una iniciativa que de entrada, los pondrá a prueba a los primeros tres años de ejercicio de gobierno?.
La evaluación de toda autoridad administrativa y política es indispensable para obtener resultados satisfactorios y a la altura de la expectativa de los votantes y el argumento de López Obrador parece impecable ante el grueso de la población, aunque haya quien sostenga que se trata de una estrategia de la campaña extendida para mantener la popularidad de la que goza el presidente. La aceptación del presidente no es transferible, se ha podido confirmar.
Muchos de los aspirantes a una candidatura por sus respectivos estados lo saben y difícilmente estarán dispuestos a someterse a la prueba de la popularidad en una Consulta Popular estatal. ¿O si?
@FerMaldonadoMX
parabolica.mx escribe Fernando Maldonado