A menos que el diputado priista, Jorge Estefan Chidiac, conceda el perdón a Arturo N, quien ostensiblemente intentó acorralarlo para cobrarle una extorsión de diez millones de pesos el 25 de mayo de 2015, el brazo ejecutor del coordinador de los diputados federales de Morena, Ignacio Mier Velazco, deberá continuar en el penal a la espera de la sentencia del juez.

La víspera le fue negado el amparo para enfrentar el primero de cuatro procesos penales, lo que echa por tierra la especulación difundida por opinadores de café y profesionales del rumor, que desde la semana pasada habían cantado albricias por la lejana e hipotética liberación.

No es la primera vez que se difunde ese tipo de rumores en momentos particulares, casi siempre encaminados a victimizar a quien victimizó, a través de una de las columnas periodísticas más hirientes y sin miramiento alguno, incluso en contra de quienes habían sido damnificados de delitos como feminicidio u otros.

La más reciente vino cuando estuvo en Puebla el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, el desmemoriado tabasqueño que contó una artificiosa historia sobre su relación con Miguel Barbosa Huerta, fallecido un mes antes de ese visita, el 13 de diciembre.

Limitado, miope y pueblerino, ese subgénero de la clase política había anticipado dos escenarios improbables: Adán Augusto López Hernández venía a levantar la mano de Mier Velazco para ser abanderado en 2024, y que negociaría con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina la liberación de quien se autodenominó El Nigromante. No sucedió ni lo uno ni lo otro.

El aspirante a la candidatura presidencial por Morena, que usa como plataforma política su posición desde el viejo Palacio de Cobián, debió levantar la mano a Mier, pero también a Alejandro Armenta luego de haber pulsado el ambiente de la reunión en la que fue presentado.

El imputado de los delitos de extorsión, operaciones con recursos de procedencia ilícita, asociación delictuosa y defraudación fiscal estuvo ausente en las conversaciones que el tabasqueño sostuvo con los principales actores de la vida pública de Puebla.

De muy poco sirvió que los abogados defensores hayan invocado el principio de “oposición a la reproducción de datos personales” como parte de la estrategia para evitar conocer la etapa procesal en la que se encuentra el imputado del delito de extorsión que enfrenta el personaje.

La determinación de la autoridad federal echa por tierra el rumor en el sentido de que la parte acusadora por el delito de extorsión iba a dejar el asunto por una eventual investigación en la Unidad de Inteligencia Financiera. Confirma, además, que el periodo que tiene el imputado en el sistema carcelario de Puebla, detenido en mayo de 2022, es apenas un esbozo del largo tramo que queda por recorrer en ese ámbito.

De manera adicional, se debe añadir el proceso penal que corre en paralelo a las otras cuatro causas en Puebla que interpuso el presidente del Senado, Alejandro Armenta Mier, también por el probable delito de extorsión, en la Fiscalía General de la República, en el año 2020 del que sigue su curso procesal.

Así que, por lo pronto, quienes pretendieron ver de nueva cuenta fuera de la cárcel a este personaje deberán esperar pacientes el paso de los días… y los años.

 

@FerMaldonadoMX