Cerró el ciclo de comparecencias ante la Cámara de los Diputados el titular de la Fiscalía General del Estado, Gilberto Higuera Bernal, el servidor público que mayor dinamismo y eficiencia impuso a una instancia medular para terminar con la percepción entendible sobre la existencia de un clima de impunidad del que gozaba el poderoso, hasta antes de la llegada de la 4T.

No es una casualidad que en los últimos meses haya crecido el número de altos perfiles llevados a proceso por delitos de diversos ámbitos, que antes hubieran pasado inadvertidos o disimulados por la autoridad investigadora.

La actuación del funcionario en el pleno cameral tiene un particular interés para quienes observan la vida pública. Existe un contexto particular desde que el 13 de diciembre pasado falleció el gobernador Miguel Barbosa Huerta, y el arribo de Sergio Salomón Céspedes Peregrina el 15 del mismo mes.

Y es que si con el gobernador Barbosa Huerta los relevos entre los integrantes del gabinete fueron la constante desde que protestó el cargo en agosto de 2019, con la estancia en Casa Aguayo de Céspedes Peregrina los cambios no sólo serían naturales, sino hasta indispensables.

Llevar a cabo los ajustes en el ámbito del servicio público requiere, en esta circunstancia, una alta dosis de inteligencia emocional y templanza para evitar mandar señales encontradas hacia afuera, pero sobre todo al interior del grupo.

Se requiere oficio y tacto a la hora de la toma de las decisiones en materia de relevos. Desplazar a funcionarias o funcionarios que forman parte de un gabinete que encabezó un hombre que colocó, en el primer plano, la eficiencia y la honradez, obliga a observar el periodo de Miguel Barbosa como un símbolo de decencia y rectitud.

En cambio, el mandatario en turno deberá encontrar tiempo y contexto para poder integrar un equipo de trabajo con el que se sienta cómodo para continuar con la tarea que el 15 de diciembre le fue encomendada por el Congreso del Estado, en medio de una circunstancia que parecía apuntar a un periodo de ingobernabilidad.

Si como se ha apuntado, el antes y después de la forma en la que quedó integrado el gabinete del gobierno del estado está marcado en la línea de tiempo política con la visita al Poder Legislativo de Higuera Bernal, el gobernador Céspedes Peregrina deberá operar con la paciencia del orfebre y la pericia del relojero. Precisión y tiempo, por sobre todo.

La pericia política, que ya ha exhibido en momentos clave del breve periodo de gobierno y durante su estancia al frente de la Junta de Coordinación Política, estará sometida a severo escrutinio.

Operar las modificaciones de acuerdo con la visión de gestión gubernamental para marchar de acuerdo con el paso del periodo breve, deberán ser pertinentes. No antes ni después ante el paso inexorable del calendario.

Tacto y trato de terciopelo para quienes de manera legítima se asumen como herederos del barbosismo, y firmeza para llevar a cabo el reacomodo necesario para cumplir con el trabajo encargado por la soberanía legislativa. Dos variables de notable complejidad que deberán ser analizadas y comentadas.

 

@FerMaldonadoMX