En el panismo comenzó a producir algo más que comezón el veredicto que un jurado de la Corte Este de Brooklyn en Nueva York sobre la culpabilidad de cinco cargos de narcotráfico al funcionario estrella para el combate a la delincuencia organizada, Genaro García Luna.

El veredicto de culpabilidad en contra de un funcionario de una enorme exposición mediática en la gestión presidencial panista tendrá hondas repercusiones en el imaginario y sucede en un momento inoportuno, pues Acción Nacional encabeza la marcha de protesta en Puebla y unas 120 ciudades del país -incluyendo la Ciudad de México- en contra de la reforma electoral denominada Plan B, este domingo.

En la presentación de los argumentos del expresidente del Instituto Nacional Electoral, Luis Carlos Ugalde en las instalaciones de Profética en el Centro Histórico estuvo el diputado federal panista Mario Riestra Piña, ataviado con una visible playera con la leyenda “el INE no se toca”.

El argumento parece no admitir réplica, salvo dos ángulos que no pueden soslayarse: los demócratas que pelean por mantener el estado de cosas en la forma de operar del árbitro electoral también tienen pasajes en la vida pública que los exhibe como activistas sin consistencia ni decencia política.

Riestra Piña fue del puñado de legisladores que aplaudió de pie en la Cámara de Diputados cuando la panista Margarita Zavala sacó la cara por el marido repudiado y el gobierno en el que participó el traidor de México -así lo dijo el juez Brian Cogan en la Corte de Nueva York- y narcotraficante García Luna.

El presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez cuestionó que haya grupos que deseen sacar raja política del veredicto del jurado que juzgó al ex secretario de Seguridad Pública culpable de haber aceptado dinero del cártel de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, de cara al proceso electoral de 2024.

Se trata de un lugar común porque en la lucha por el poder los partidos en disputa electoral suelen utilizar todo tipo de herramienta para vencer al adversario. El PAN lo usó con sorprendente frecuencia en el proceso de 2006 y en 2012 cuando aprovechó el “cállate chachalaca” o la campaña “es un peligro para México”.

Luis Carlos Ugalde, el consultor de argumentación sólida fue quien como presidente del INE evitó sancionar con severidad ejemplar a quienes notoriamente estuvieron detrás de esas campañas negras en contra de Andrés Manuel López Obrador y hasta dejó pasar el cúmulo de trampas en 2006 que permitió a Felipe Calderón, el empleador de García Luna, arribar al poder.

Los defensores del INE son los mismos que aplauden a Felipe Calderón, el presidente de México sobre quien mayor sospecha hubo de su triunfo, sólo después de Carlos Salinas de Gortari en 1988.

El edil de la capital se llama a sorpresa por la raja política que pretenden sacar los adversarios, pero nadie en ese partido es capaz de condenar al ex presidente que fue incapaz de profundizar en los antecedentes de sus colaboradores como el caso de su zar contra las drogas, el traidor de México.

 

@FerMaldonadoMX