Una serie de casas ubicadas en el océano Pacífico en el sur de Honduras se observan destruidas, a causa del aumento del nivel del mar, según lugareños a causa del calentamiento global.

Las olas como un lento tsunami arrasan propiedades en tierra firme en Cedeño y media docena de pueblos de pescadores del Golfo de Fonseca, unos 100 kilómetros al sur de Tegucigalpa y que Honduras comparte con El Salvador y Nicaragua.

“El mar viene avanzando”, lamenta Telma Yadira Flores, un ama de casa de 40 años, quien perdió su vivienda de concreto el año pasado y ahora vive en una maltrecha vivienda de tablas, cuya cocina tiene como piso la arena de la playa.

Ante el creciente peligro Telma, que vive junto a su hijo y su nuera, teme que la situación se repita. “Si otra vez se mete el mar tenemos que desalojar y ver para dónde nos vamos”.

Con unos 7.000 habitantes, “Cedeño podría desaparecer por completo en 100 años”, advierte un informe del no gubernamental Comité de Defensa y Desarrollo de la Flora y Fauna del Golfo de Fonseca (Coddeffagolf).

Las fuertes marejadas derribaron parte de la barrera natural de cocos, destruido muros, viviendas, un laboratorio marino, mansiones de ricos y famosos, y negocios de pequeños emprendedores. Aves marinas, como pelícanos, tijeretas sabaneras y gaviotas, sobrevuelan para subsistir, en medio de la escasez de peces.

Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), 11 millones de toneladas métricas de plástico ingresan cada año al mar. La cifra puede triplicarse en los próximos 20 años.

CON INFORMACIÓN DE AFP