En los anales de la historia de la impartición de justicia, Puebla deberá quedar registrado por haber impuesto la pena más alta por delitos de cuello blanco en contra de un par de defraudadores que jugaron con la esperanza y patrimoio de miles de familias en Puebla y otros estados del país.

Con el anuncio de la Fiscalía General del Estado de haber obtenjdo sentencia de 33 años en contra de Mundo y Leonardo Tiro Moranchel, dueños de las desaparecidas empresas de inversión SITMA e Invergroup, el acumulado de años resultado de otras penas corporales, acumulan un toral de 93 años de cárcel.

La narrativa del fraude cometido por este par de habiles embaucadores casi se pierde en el tiempo pues el auge de ambas firmas financieras data de 2007, hace 16 años cuando los hermanos que idearon ese esquema de supuesto financiamiento vivió el mayor esplendor.

Y en retrospectiva no deja de sorprender que el plan preconcebido para desfondar a cientos de personas, muchas de ellas de la tercera edad que habían hecho modestos ahorros para terminar sus últimos días, fuese un esquema que funcionó frente a la autoridad en el estado y la federación.

A lo largo de la carrera de desfalcos mantuvieron una agresiva campaña de promoción en medios de comunicación masiva que hacía suponer, se trataba de una empresa financiera sólida con soportes económicos que garantizaban rendimientos más altos que cualquiera otra firma del espectro financiero de la época.

Uno de los prmocionales que aún se pueden encontrar en youtube recuerda la engañosa campaña que se reprodujo sin pudo alguno en la radio y la televisión de la epoca que hacía alusión a ese espejismo financiero que cerraba con una frase eficaz para el imaginario colectivo: SITMA, en donde tu futuro seguro crece.

La línea de tiempo de ese promocional puede dar tiempo de la artimaña de la que se icieron los Tiro Moranchel para engatusar a las víctimas de ese descomual frauda, caculado en más de 2 mil millones de pesos. Mostraba a un niño de unos diez años de edad en un parque con una moneda de diez pesos en la mano; un adluto aprecía en escena, tomaba la moneda y la convertía como por arte de magia en el doble de lo que el pequeño aquel acariciaba.

Los Tiro Moranchel, a quienes se les puede prever, será difícil obtengan el beneficio de ver la luz de día fuera del ámbito carcelario, se les construyó una leyenda urbana que pareció tener carta de naturalización en la coyuntura política de 2010.

Se dijo que había ofrecido financiamiento a las campañas de gobernador para comprara atenuates que les permitiera facilidades para alcanzar la libertad; una versión que la distancia resulta irrisorio pues en 2012 se impuso la primera pena de 10 años; en 2015, otro lapso similar; para 2017, se dictó otra pena de 15 años; en 2018, otros 13 años; y en 2021, 12 años más, a los que se deben añadir los 33 anunciados por la Fiscalía General del Estado.

Lo que si está plenamente acreditado es que hasta antes de que otro capo les arrebatara el control del patio del penal de San Miguel, es que se adueñaron de la visita conygal que se desarrollaba en improvisadas tiendas de campaña con colchas y sábanas tendidas en el área común del penal.

Los años de cárcel acumulados muestra que no existe crímen perfecto y que los Tiro Moranchel encarnan el ideal de la gente de bien: pudrirser en la cárcel.

 

@FerMaldonadoMX