Pongamos que se llama Sagrario. Tiene el mismo tiempo que el poderoso operador de Rafael Moreno Valle, Eukid Castañón, en fuga. Aunque la Fiscalía General del Estado la busca para llevarla a un juez, no había sido ubicada.

Se trata de la mujer por la que el personaje encontrado responsable del delito de extorsión, por el que se le impuso una pena de más de siete años de prisión, habló amenazante con dos de sus víctimas para advertirles la peor de las suertes.

Plata o plomo, casi dijo en esa procaz conversación para  amenazarlos de muerte, de llevarlos al “valle de las calacas”, a la cárcel y advertirles que los tenía intervenidos con el clásico “no sabes con quién se meten”, convertido en lugar común.

Los audios que todo mundo escuchó luego de haberse llamado a sí mismo como la primera víctima de persecución política en la era de Miguel Barbosa, en Puebla, fueron propiciados por un impulso sentimental por la tal Sagrario.

Nada resultó tan dañino y costoso para el personaje que dobló, persuadió o compró voluntades en la era poder casi omnímodo de ese panismo dictatorial, iracundo y dispuesto a todo por consolidar o ensanchar cotos de poder, que esa llamada telefónica.

La tal Sagrario también tiene una carpeta de investigación por el presunto delito de extorsión; pero por si fuera poco, también está acusada de los probables delitos de fraude y asociación delictuosa.

Trampa del destino o mala suerte, el miércoles se vio a Sagrario a bordo de un automóvil Ibiza con placas de circulación XWY-959-B, de color negro, sobre la federal de Atlixco, casi en el cruce de Periférico Ecológico. No existe crimen perfecto, se sabe.

Sin atisbo de pendiente alguno con el aparato de justicia de Puebla, mientras a más de mil kilómetros de distancia el hombre que le proveyó de dinero, negocios e impúdica protección purga dos condenas, Sagrario estacionó el automóvil a las afueras de un vivero, para que una persona descendiera.

Luego, sin apremio ni prisa salió rumbo a la zona de Cholula. No se advertía pesar ni desánimo sabiéndose investigada, y con el protector de alcoba en la cárcel desde hace tres años.

Y es que este 18 de marzo se cumple el primer trienio de la aprehensión del hombre que acumuló tanto poder como el gobernador panista que tuvo Puebla en el periodo 2011-2017, para luego dejar a su sucesor, Antonio Gali Fayad.

Tres años de encierro del personaje que resultó protagonista de una leyenda negra como pocas en la era moderna y que ahora purga sus primeras dos sentencias en el penal federal de Gómez Palacio, en Durango.

Será cuestión de días en que Sagrario, la mujer por la que el imputado perdió equilibrio y sentido del olfato frente al peligro inminente de encierro o destierro, sea aprehendida por al menos tres delitos.

Se habrá cerrado un ciclo de esa historia de la que la prensa poblana dio amplia cobertura por tratarse del personaje de mayor jerarquía política que, como el propio protagonista presumió en esa amenaza, alcanzó rango de coordinador de la campaña presidencial de Moreno Valle, difunto desde diciembre de 2018. Sagrario está en la mira.

 

@FerMaldonadoMX