El futbol mexicano vivirá hoy un escenario histórico en el partido entre Estados Unidos y México en Glendale, Arizona.

La selección dirigida por Diego Cocca, además de sostener el partido número 75 en la rivalidad más importante dentro de la Concacaf, vivirá un momento de apremio ante un posible veto de hasta dos años en caso de no cumplir con reglamentos establecidos en el vecino país.

Si la afición mexicana que se dé cita en el State Farm de la Universidad de Arizona realiza el grito homofóbico, que ya le ha traído consecuencias a México a nivel internacional con la FIFA, la Federación Estadounidense de Futbol analizaría el realizar una investigación y que tenga como desenlace un veto para el Tri y que éste mismo no pueda jugar partidos por un periodo prolongado.

Desde mayo del 2022, la US Soccer estableció que todas las selecciones cuyos aficionados realicen dicho grito durante los partidos, serán verdad por dos años para jugar en cualquier estadio de dicha nación.

Para 2023, México cumple dos décadas de asociación con Soccer United Marketing, que es la empresa encargada de realizar los encuentros amistosos de la selección mexicana en territorio norteamericano. En un escenario catastrófico, un veto evitaría que México pudiese jugar en la próxima Copa Oro de 2023 y la Copa América 2024.

Hasta antes de comenzar las eliminatorias mundialistas rumbo a Qatar 2022, México ya había sufrido económicamente por dicho grito, con multas de hasta 13 millones de pesos producto de 17 Sanciones interpuestas por la FIFA.