En las últimas semanas, se desató la autentica fiebre por pintar bardas con los nombres de quienes, seguramente, buscarán un cargo de elección popular en el próximo proceso electoral que se verificará en un año.

Esta inquietud febril orilla a la risa, pues algunos personajes francamente no tienen posibilidad alguna de alcanzar una candidatura importante, aunque ellos creen —apoyados por sus “asesores”— que “posicionan” su nombre y que “miles simpatizarán con ellos” y eso los hará “ganar” en las encuestas que en sus partidos realicen para definir a los posibles abanderados.

Nada más falso.

En el BEAP seguimos midiendo en todo el estado y aunque algunos inquietos han mandado a pintar miles de bardas (literal) y hasta piedras, la gente nomás no los ubica y, en algunos casos, hasta los rechaza, porque el exceso sí llega a hartar a la población.

Sigan haciéndole caso a sus “consultores”, que les bajan una buena lana y los hacen creer que los poblanos los adorarán gracias a las insufribles bardas con sus nombres que han inundado ya la entidad entera.

Efectivamente, el mal ejemplo lo pusieron los precandidatos presidenciales de Morena: hay bardas de Claudia Sheinbaum que, sin querer, posicionaron el nombre de la poblana Claudia Rivera; unas cuantas de Marcelo Ebrard y de Adán Augusto López Hernández ya hay muchas.

Luego siguieron bardas de aspirantes a la gubernatura, aunque dos de ellos —Alejandro Armenta y Nacho Mier— se limitaron a hacer publicidad de libros de su autoría o de revistas que los entrevistaron y eso, aunque no nos guste, no viola la ley.

Quien sí tapizó el estado con bardas fue el secretario de Gobernación, Julio Huerta, pero ya hay bardas de Norma Layón, alcaldesa de San Martín Texmelucan, —aunque a ella, ni en San Martín la quieren—, de diputados y pronto aparecerán de alcaldes que buscan la reelección y personajes que sin tener cargo inventen algún motivo para poner su nombre en bardas (promoción de un negocio, taller, tortillería o restaurante).

En serio, es un exceso. Y la gente no los conoce más, créanme, es en serio.

Y los indignados panistas denunciaron que Morena se promociona en bardas, porque violan la ley, porque “son de lo peor y que los van a acusar ante la ONU”.

Dirigentes y diputados panistas “despintaron” simbólicamente varias bardas de los inquietos precandidatos de Morena.

Y está muy bien. Qué bueno que denuncien a los adelantados. Duro con ellos por necios.

El pequeño detalle es que entonces tendrán que denunciar también a su principal precandidato a la gubernatura, pues ya hay bardas de él también en algunas zonas del estado. “Lalo amigo” con letras de color azul, obviamente el color panista de toda la vida. Ya vimos varias en el sur del Estado, por la zona de Tehuacán. Y otras por la región de la Sierra Norte del estado, donde al parecer “Lalo”, ha realizado visitas con claros fines proselitistas.

O sea, panistas indignados por la pinta de bardas, pero que su principal precandidato también anda pintando bardas en el estado.

Doble moral, le llaman en mi pueblo.

Así las cosas, a un año de que se verifiquen las elecciones, ¿a dónde vamos a parar?