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El grupo yihadista Estado Islámico reivindicó ayer el atentado suicida contra un mitin político en el noroeste de Pakistán, que dejó 54 muertos, entre ellos 23 niños, a unos meses de las próximas elecciones.

El ataque, que ocurrió en la ciudad de Jar, a 45 km de la frontera con Afganistán, aumenta el temor a un periodo electoral sangriento. Pakistán sufre una grave crisis política desde la destitución del primer ministro Imran Khan.

Más de 400 miembros y simpatizantes del partido conservador Jamiat Ulema-e-Islam (JUI-F), aliado clave de la coalición gubernamental, estaban reunidos el domingo bajo una carpa cuando un hombre detonó su chaleco lleno de explosivos cerca del escenario.

Shaukat Abbas, un alto funcionario del departamento antiterrorista, indicó que 54 personas murieron y agregó que 23 víctimas eran menores de 18 años. Anwar ul Haq, comisionado adjunto del distrito, confirmó el número de muertos.

El grupo Estado Islámico reivindicó el ataque e informó en un comunicado emitido por Amaq, el órgano de difusión del grupo, que un combatiente detonó un chaleco explosivo en medio de la multitud. No es la primera vez que atacan mítines del JUI-F.

El atentado se realizó unas semanas antes de la disolución de la Asamblea Nacional, antes de las elecciones.