24 Horas Puebla

Sé que hiciste el verano pasado

Que la H. Redacción ya tiene las pistas (y algunas pruebas fotográficas) de quién creó la página falsa de 24 HORAS Puebla en Facebook, la cual fue dada de baja desde el viernes. Que detrás de todo, están los mismos de siempre, sólo que ahora se unen: un líder sindical, un porro universitario que sólo vive de sus viejas glorias y un consultor político caído en desgracia. Nos hicieron llegar algunas capturas de pantalla de conversaciones en WhatsApp.

Hay órdenes, comentarios, difusión. En fin, no por nada en estos últimos días incrementaron en Twitter las famosas cuentas bot. Que nadie se haga el sorprendido, que nadie se escandalice; ganar la gubernatura implica una bolsa de miles de millones de pesos, la creación de un feudo y poder casi ilimitado (sólo es sancionado por la Federación o disminuido por un escándalo similar al de Mario Marín en  2006). Así que, por sus bots, sus páginas falsas y sus desesperaciones los reconoceréis. ¿Será?

“Enfermando” a Puebla

Que qué bueno que el doctor José Antonio Martínez García quiera sanar a Puebla, ahora que se destapó para gobernador, pero la H. Redacción pregunta en voz alta: ¿qué dirá cuando le pregunten sobre su participación con el morenovallismo y su intervención en el escándalo del niño muerto en Chalchihuapan por la famosa Ley Bala? Porque la historia lo recuerda como el médico que trató de esconder a la mamá del niño y de convencerla de que no declarara nada a la prensa.

La censuró, vaya. Actuación que, si la analizan detenidamente, muy sana, muy sana, pues la verdad es que no. Al contrario, una acción que tiende más a lo enfermizo y que no se cura ni con unas pastillas para el dolor ni un paracetamol. ¿Será que quiera hablar del tema o se esconderá en las faldas de cierta prensa para no opinar al respecto?, en fin, antes que exista más grilla, después de todo el galeno tiene todo el derecho a votar y ser vetado o ¿cómo era? ¿Será?

Ni tú ni nadie 

Que, para muchos panistas el regreso de doña Nadia Navarro a la escena pública poblana después de huir casi cinco años no representa absolutamente nada: es como un tecito de manzanilla (sin alusiones personales, eh) ni hace bien ni hace mal. Su reaparición, dicen algunos albiazules no representa a nadie. Que más parece la típica jugada cuando se rompe la piñata: hay que aventarse porque al menos una paleta de dulce o un tejocote suelto le deberá tocar.

Como senadora huyó todo lo que duró el llamado barbosismo. No hay que olvidarse que ella salió de un partido político que un día fue zavalista, morenovallista, galista y no tardará hasta para coquetear con otro grupo, con tal de mantener el negocio de la familia, perdón, quisimos decir el registro. ¿Será?