Foto: ESIMAGEN

Los restos de Zyanya Estefanía Figueroa Becerril, fueron exhumados este miércoles en la alcaldía Tlalpan de la Ciudad de México, donde fue sepultada hace cinco años.

La joven fue hallada muerta el 15 de mayo de 2018 al interior del departamento que rentaba en el municipio de San Andrés Cholula. Tenía 26 años y era originaria de la Ciudad de México, pero realizaba su residencia como médica pediatra en el Hospital para el Niño Poblano.

El cuerpo presentaba señales de violencia, como 17 heridas en los brazos, golpes en las rodillas y piernas, así como cortadas en las muñecas.

En este proceso de exhumación y necropsia participó un equipo integrado por peritos del Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses de la CDMX, peritas expertas independientes del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio y peritos de la Fiscalía de Puebla.

Ante ello, el Instituto de Derechos Humanos “Ignacio Ellacuría” (IDHIE) de la Ibero Puebla, instó a la Fiscalía General del Estado a garantizar la debida diligencia del proceso para acreditar las razones de género en su muerte.

“De manera exhaustiva, minuciosa, profesional, objetiva y con perspectiva de género, teniendo como horizonte la obtención de hallazgos encaminados a acreditar las razones de género en la muerte a Zyanya que puedan contribuir a esclarecer la verdad y la certeza de lo sucedido”, señaló en un comunicado.

Por su parte, María Patricia Becerril, madre de la doctora, indicó que gracias a los avances del Observatorio Ciudadano, mediante una cuarta audiencia de control judicial por omisiones de la FGE poblana, una jueza ordenó que se ejecutara el plan metodológico de investigación con perspectiva de género y se llevara cabo este procedimiento.

A través de un video en redes sociales, indicó que el objetivo es encontrar indicios que los lleven a la verdad y tener la certeza de qué ocurrió con su hija, porque asegura, Zyanya no se suicidó.

“A más de cinco años de los hechos, esta exhumación no sería necesaria si las autoridades de Puebla hubieran hecho su trabajo. Es lamentable que hayamos tenido que esperar más de cinco años para que por fin este proceso pueda llevarse a cabo, porque no fue suicidio, fue feminicidio”, aseveró.