Álvaro Ramírez Velasco

El próximo miércoles, cuando esté ausente de los registros del PRI a la candidatura de primera fórmula al Senado de la República, será un hecho consumado la suma de Charbel Jorge Estefan Chidiac a la Cuarta Transformación (4T).

El político que por más de tres décadas ha sido insignia del tricolor nacional y poblano, que fue presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) y que ocupó una muy, pero muy amplia cartera de posiciones en los gobiernos emanados del PRI, finalmente se irá a la izquierda y será, muy probablemente, candidato del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) al Distrito Electoral Federal 14, que tiene cabecera en Acatlán de Osorio y que es el más extenso del país, pues llega hasta Tecamachalco.

Por esa demarcación, pero por el Revolucionario Institucional (PRI), Estefan ha sido ya tres veces representante, desde sus mocedades; por cierto, la primera vez en la LVII Legislatura (1997-2000), cuando se daba unos agarrones de pronóstico reservado con el excanciller Marcelo Luis Ebrard Casaubón, entonces diputado independiente, y quien ahora se quedó con las ganas de ser el abanderado de Morena a la Presidencia y se ha convertido en un personaje irrelevante de la 4T.

¿Por qué el miércoles? Le cuento. Este lunes 8 de enero se publicó la convocatoria del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI a las candidaturas al Senado. A Puebla le corresponde la primera fórmula, es decir, un boleto seguro a un escaño, pero nadie le ha llamado a Estefan para decirle que es él. El plazo de registro se vence el próximo miércoles.

Lo más probable es que esa posición sea para Néstor Camarillo Medina, expresidente municipal de Quecholac, en el Triángulo Rojo, y ahora dirigente estatal del tricolor, a pesar de que no tiene ni siquiera una pálida comparación de trayectoria con la de Charbel.

Está por naufragar el supuesto que muchos pensábamos consumado, de que esa posición sería para la panista, devenida en priista en las últimas semanas de 2023, Nadia Navarro Acevedo, como parte de la negociación con el partido familiar, Pacto de Integración Social (PSI), en la alianza opositora.

Nadia fue tan imprudente en escupirles en la cara a los priistas su “logro” y la negociación con la dirigencia nacional, que soltó los demonios femeninos y masculinos en el PRI y el costo de su postulación sería altísimo e irreversible.

Les puede gustar o no el estilo de Estefan, pero una cosa es muy segura: no hay un político poblano en el tricolor que tenga su trayectoria y su capacitación técnica, sobre todo en temas económicos y electorales.

Por echar una revisada al pasado reciente, cuando él fue presidente estatal del Revolucionario, en la etapa del morenovallismo y con todo en contra, ganó 80 municipios.

Néstor, en alianza con el PAN y el PRD, apenas rescató unos 50 en 2021.

Cuentan varias voces cercanas a Estefan, que reconoce el gran trabajo que está haciendo el gobernador Sergio Salomón; ve con buenos ojos el empuje y fortaleza de Alejandro Armenta, y considera a Claudia Sheinbaum como una precandidata con firmeza y visión de estadista para la Presidencia, a diferencia de la aliancista Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, quien “sólo sabe contar malos chistes”.

No se extrañe usted si desde el próximo miércoles, Estefan termina sus discursos con la mano izquierda levantada, haciendo el símbolo de la V de Victoria y con el lema “hasta la victoria siempre”.

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