De contadora a coach de vida
De contadora a coach de vida

Tras quedar viuda a los 33 años, con una hija de 6 años, fue todo un reto para María del Rosario Mendoza Lerín.

Esta poblana se dedicaba a la contabilidad cuando su esposo, Jaime Beltrán, falleció a causa de la diabetes, también a una temprana edad.

Con el apoyo de sus padres, Don Raúl y Doña Ángeles, salió adelante no sin pasar por diversas vicisitudes, como la falta de dinero para comer, estudios, renta de vivienda… Estuvo un año y meses trabajando en Estados Unidos, limpiando casas –entre semana- y oficinas –durante los fines de semana- para mandar dólares y que a su hija Fernanda no le faltara nada, dejando atrás momentos, vida y sentimientos.

En entrevista con 24 HORAS PUEBLA, acepta que fue difícil, complicado, pero la motivación de ganar buen dinero para su hija la impulsaba.

– ¿La parte más complicada de tu vida en Estados Unidos?

– Cuando me detuvieron y estuve en los separos para deportarme, fue muy difícil; yo solo lloraba, preguntando “¿qué necesidad tengo de estar aquí?”, sobre todo teniendo a mi hija en Puebla.

EL RENACER

Ya en Puebla, junto a su hija y viviendo independiente, estuvo en una escuela en Amozoc cuidando menores, de kínder, lo que hacía con gusto, pero con mucho sacrificio. Despertar a las 4:00 de la madrugada, tomar el transporte público desde Granjas del Sur hasta el municipio conurbado, pues entraba a las 8:00 de la mañana.

Después de pasar por diversos despachos contables, en diferentes empresas y trabajando por largas jornadas, conoció el Coaching de Vida, lo que, literal, cambió su vida; la comenzó a ver de otra forma, desde otra perspectiva, impulsada por Fernanda y por su entonces yerno.

Así, renunció a la Contabilidad y se puso a estudiar temáticas espirituales; actualmente es coach de Vida, tanatóloga, angeloterapeuta, hace lectura de rostro, entre otras terapias, y trabaja directamente con su retoño.

Luego de 28 años de trajinar sola, de forma independiente, está en un momento especial, por todo el esfuerzo aplicado. Fernanda, su hija, es una exitosa empresaria que se dedica a dar cursos de temática espiritual, y ya tiene su tienda de artículos holísticos. Junto a Magenta, su perrita Shi-Tzu, cuidan de este negocio, lo que le da tranquilidad y paz.

– ¿Valió la pena?

– Sí, claro, ha valido la pena. Todo lo que viví me ha hecho la mujer que soy ahora.

– ¿Tu mensaje para las mujeres?

– Que todo se puede, cuando le ponemos corazón, cuando le ponemos fuerza, cuando priorizamos lo principal para nosotros. Priorizando y poniendo lo mejor de cada quien, analizamos qué fortalezas tenemos y las explotamos al máximo, esto es un gran imán para que podamos llegar a la cima de la montaña. Todas las mujeres podemos lograrlo.

Por: Fabián Sánchez

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