Este lunes 13 de mayo en la capital poblana se vivieron momentos de tensión cuando empezó a circular en redes sociales la versión sobre un hombre armado en las instalaciones del centro comercial Plaza Centro Mayor, quien realizó disparos al aire además de amenazar a empleados de una de las oficinas ubicadas en el lugar.

Tras la movilización policiaca y detención, se supo que se habría dirigido al quinto piso, donde se encuentra una empresa financiera, ahí, todo de acuerdo con versiones extraoficiales, habría exigido el pago del rendimiento correspondiente a una inversión realizada con anterioridad ante dicho “organismo”.

Los fraudes, todos lo sabemos, están a la orden del día. En redes, mensajes de Whatsapp, emails y hasta llamadas telefónicas. Desde préstamos instantáneos sin investigación, hasta inversiones mágicas donde mil pesos se convierten en un millón en cuestión de semanas, sin olvidar las páginas apócrifas -pero muy bien realizadas-, de supuestas agencias de autos de renombre que ofrecen tremendas “gangas” de camionetas de lujo en 250 mil pesos, con la condición de depositar al instante 25 mil, para “apartar” la oferta.

¿Y qué pasa? Nada. El que cayó, cayó. Agencias de viajes que, similar a la empresa señalada en la Plaza Centro Mayor, se ubican, sólo por unos meses claro, en lujosas oficinas para ganarse la confianza de los clientes, a quienes venden paquetes lo mismo a Brasil que a Europa, para después desaparecer.

Lo que este hombre -que en segundos pasó de víctima a victimario-, en su desesperación realizó, es, técnicamente, hacer justicia por mano propia lo que, a todas luces está penado por la ley. No hay justificación. 

Sin embargo, es urgente también poner un alto a estas supuestas “empresas” que con total cinismo hasta operan en oficinas reales, sin pudor, ni temor alguno.

Y, como siempre, se trata de un esfuerzo conjunto entre sociedad y gobierno. Acciones y penas duras, certeras, contra empresas -o sujetos-, defraudadoras, pero, al mismo tiempo, hay que hacer conciencia como ciudadano que nadie te va a regalar algo. 

No hay fórmulas mágicas para hacerse rico invirtiendo 10 pesos y ganando 100 mil. No hay viajes a París o España por un mes que cuesten 25 mil pesos. No hay camionetas o autos de lujo en 150 mil pesos. No hay préstamos millonarios a quienes están en buró de crédito.

En la vida absolutamente todo tiene un precio.

Hay que ponerse serios. Todos, o esto no funciona.

Por: Jésica Baltazares

@jesibalta

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