“El centro de Puebla no se entiende sin Juan de Palafox y Mendoza”, así lo expresó el obispo auxiliar, Francisco Javier Martínez Castillo, durante su sermón de este domingo en la Catedral poblana, en el marco de la conmemoración de la fiesta litúrgica quien fuera el noveno obispo de Puebla, en el año de 1639, y beatificado en 2004.
Durante la misa en su honor, Martínez Castillo comentó que a Palafox se le debe la infraestructura con la que cuenta el Centro Histórico de Puebla, ya que los edificios más emblemáticos de la ciudad fueron impulsados por quien fuera Virrey de la Nueva España en 1642, entre los que destacan los colegios de San Pedro y San Juan, la actual Casa de la Cultura, donde todavía permanece la Biblioteca Palafoxiana, así como el convento de religiosas dominicas de Santa Inés.
Como parte del festejo litúrgico, un grupo de seminaristas y fieles católicos realizaron una procesión alrededor del Zócalo de la ciudad y del atrio de la Catedral, liderados una reliquia de primer grado del beato, es decir, un fragmento de su cuerpo, además de un retrato y una pieza con su efigie tallada en madera.
En la homilía, el obispo auxiliar pidió por las víctimas de la violencia, como el caso del adolescente Ángel, quien fuera atacado por asaltantes mientras viajaba con su tío en un auto Camaro, sobre el boulevard Forjadores de esta ciudad, el pasado 29 de septiembre, así como por los migrantes asesinados por el Ejército en Chiapas.
ADELANTADO A SU TIEMPO
Juan de Palafox y Mendoza fue un arzobispo español que llegó a Puebla en medio de una crisis de hambruna y efervescencia política; sin embargo, sus conocimientos y talento en temas religiosos, jurídicos, historia, literatura y sociología, le permitieron tener un pensamiento político más sólido para impulsar reformas y con una visión más enfocada en la construcción de espacios públicos y religiosos.
Una de las principales edificaciones que se le atribuyen fue la construcción y apertura de la primera biblioteca pública que hoy lleva su nombre, declarado como Monumento Histórico Nacional en 1981 y en 2005 se le otorgó el título de Memoria del Mundo por la UNESCO, gracias a su variedad y riqueza bibliográfica.
Además, bajo su cargo también se edificaron el Seminario Tridentino de Puebla, los colegios de San Pedro, San Pantaleón y el Clerical de San Pablo, que más tarde conformaría el Colegio Palafoxiano.