Elon Musk no es solo el empresario más influyente del mundo. En los últimos años, el magnate de Tesla, X y SpaceX pasó de ser un actor clave en la innovación tecnológica a convertirse en una figura con poder político real, influyendo en gobiernos y decisiones de alto nivel.
En este tiempo, Musk ha sostenido reuniones con líderes de derecha, como Javier Milei, Viktor Orbán y Giorgia Meloni, promoviendo políticas libertarias y desregulación económica. Sus encuentros, difundidos en X, reflejan su respaldo a gobiernos que buscan reducir el gasto público, eliminar regulaciones y endurecer políticas migratorias.
El caso de Argentina es significativo. Desde 2023, Musk ha respaldado abiertamente a Milei, quien impulsa una economía ultraliberal y la privatización de sectores estratégicos. En Brasil, en 2022, se reunió con Jair Bolsonaro para anunciar la llegada de Starlink. Posteriormente, apoyó protestas tras la derrota electoral del exmandatario, fortaleciendo la narrativa de fraude electoral.
En Europa, ha intervenido en la política de Alemania, respaldando al partido Alternativa para Alemania (AfD), acusado de xenofobia. En Irlanda y los Países Bajos, amplificó discursos nacionalistas y antiinmigración, avivando tensiones.
En EE.UU., su influencia se consolidó tras la victoria de Donald Trump, quien lo integró en la administración como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), organismo creado para reducir el gasto público y la burocracia.