Desde Harvard, el senador Néstor Camarillo anunció su interés por continuar al frente del PRI en Puebla, pese a que el partido enfrenta su peor crisis histórica reciente.
El legislador adelantó que entre agosto y septiembre definirá si buscará la reelección como dirigente estatal. Mientras tanto, planea una gira en 100 municipios para consultar a la militancia.
“Estoy valorando la decisión con mi familia, equipo y la militancia”, expresó en una rueda de prensa virtual. Recalcó que aún no decide si participará en el proceso interno.
Camarillo Medina fue designado como dirigente provisional en 2020, y luego ratificado hasta 2025. El proceso de renovación iniciaría en septiembre, sujeto a decisión del CEN del PRI.
Durante su mandato, el PRI perdió fuerza política en Puebla. En las elecciones extraordinarias de 2025, el partido apenas reunió 873 votos, sin ganar ninguno de los cuatro municipios.
El dirigente culpó al PAN, asegurando que pactó con Morena. Sin embargo, Acción Nacional le recordó que gracias a sus votos, Camarillo llegó al Senado.
El 4 de abril, Claudio Bañuelos, líder juvenil del PRI, renunció junto a tres mil militantes. Acusaron intolerancia y la imposición de dirigencias sin consulta.
Durante 2024, el PRI cedió la candidatura a la gubernatura, al integrarse a la alianza encabezada por Eduardo Rivera, sin obtener representación metropolitana significativa.
Actualmente, el PRI no gobierna ningún municipio relevante y solo conserva una diputación local. La desbandada de liderazgos ha debilitado su estructura partidista.
Incluso Jorge Estefan Chidiac, excoordinador de bancada, abandonó el partido. Señaló que Camarillo favoreció a sus allegados en el reparto de candidaturas estatales.
La campaña también se vio envuelta en escándalos: Tania Trejo, suplente de una diputada priista, fue detenida por portar armas y presuntos nexos con La Barredora.