Este 10 de mayo no será igual en comparación con años anteriores. Al menos no para Erika Moya, quien pasará el Día de las Madres luchando con un profundo dolor en el corazón, pero con la esperanza de encontrar a su hija, Jennyfer Román Moya, desaparecida desde hace un año y 5 meses en el municipio de Tecamachalco.
Erika Moya caminará junto con integrantes del Colectivo Voz de los Desaparecidos de Puebla en la marcha “No hay nada que celebrar”, acompañada de otras madres buscadoras en el día que, se supone, tendría que ser de celebración.
“Somos muchas madres a las que desafortunadamente nos hace falta alguien en casa, entonces ¿qué podemos celebrar?. A pesar de que algunas mamás tienen otros hijos, nunca puedes estar completa, porque alguien te falta”, dijo en entrevista.
Érika Moya, víctima colateral de desaparición forzada, remarcó que la finalidad de la protesta es exigir a las autoridades estatales, municipales e instancias de justicia, celeridad en las investigaciones para encontrar a los no localizados en Puebla, entre ellas a su hija Jenny.
“Es difícil vivir estas fechas. Hay gente muy mala que nos opaca en estos momentos al quitarnos algo de nuestro ser”, señaló al indicar que el mejor regalo que ella podría recibir en el Día de la Madres es tener, por lo menos, algún avance significativo que ayude a saber en dónde está su hija.
NO HAY INDICIOS DEL PARADERO DE JENNYFER
Erika Moya remarcó que, hasta el día de hoy, no tiene indicios sobre el paradero de Jennyfer, a pesar de que la Fiscalía General del Estado (FGE) le asegura estar trabajando en las investigaciones.
La madre buscadora recordó que ha manifestado su sentir a los fiscales de Puebla, a quienes ha pedido que le digan dónde buscar o qué hacer para localizar a su hija, sin embargo, aseguró que “ni ellos saben por dónde seguir una ruta de investigación”.
“Estamos igual que al principio a pesar de que ya pasó un año y 5 meses. Pese a tener una investigación –como dicen ellos–, no hay nada en concreto y Jenny no está con nosotros”, sentenció.
Erika Moya relató que las noches en las que no puede conciliar el sueño ha pensado “¿qué pasó?, ¿por qué se la llevaron?, ¿en dónde está mi hija?”, pero el eco en su corazón de madre le dice que Jennyfer continúa con vida.
“No sé en dónde, pero sigue viva y la seguiré buscando, no dejaré de luchar así tenga que pasar muchos 10 de mayo luchando (...) al final todo sale a la luz y confío en que en algún momento podré traer a mi hija de vuelta”, concluyó con la voz entrecortada.