Al grito en latín de “Extra omnes” (todos fuera), se cerraron las puertas de la Capilla Sixtina este miércoles 7 de mayo, iniciando oficialmente el cónclave vaticano.

Los 133 cardenales electores quedaron completamente aislados para elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril tras 12 años de pontificado.

El cierre protocolario fue dirigido por monseñor Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, conforme a la normativa del Vaticano.

La jornada comenzó con la misa “Pro eligendo Pontifice”, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, quien llamó a la unidad entre los participantes.

Este cónclave será el encargado de elegir al 267º papa de la Iglesia católica, bajo lo establecido por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.

El proceso consta de tres fases: preescrutinio, escrutinio y postescrutinio. Un candidato debe reunir al menos 89 votos, dos tercios del total, para ser declarado papa.

Cada jornada puede incluir cuatro votaciones. Al final, una fumata indicará el resultado: negra, si no hay elección; blanca, si se ha elegido al nuevo pontífice.

Este cónclave es el más numeroso y diverso de la historia, con representantes de 71 países. Participan los cardenales mexicanos Carlos Aguiar Retes y Francisco Robles Ortega.

Entre los nombres más mencionados como posibles sucesores están Pietro Parolin, Pierbattista Pizzaballa, Matteo Zuppi, Luis Antonio Tagle y Jean-Marc Aveline.

Se espera que la primera fumata ocurra alrededor de las 19:00 horas. El mundo católico permanece atento al anuncio del “Habemus Papam” desde la Basílica de San Pedro.


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