Aunque el pádel nació en México en 1969, su desarrollo profesional continúa en construcción. Hoy, torneos amateurs como el Circuito Femenino han logrado reunir a más de 3,200 jugadoras.
La iniciativa, creada por Lina Velázquez, busca fomentar la participación femenina en todas las categorías: principiantes, intermedias y avanzadas. En promedio, los torneos suman 160 parejas por evento.
Desde su visión, el pádel tiene futuro en el país, especialmente por el interés creciente entre mujeres jóvenes. A este impulso se suma el ejemplo de Ivana Perches, subcampeona panamericana.
Con apenas tres años en la disciplina, Perches ya es monarca nacional Sub-23 y ocupa la posición 179 del mundo en el ranking internacional. Su progreso ha sido meteórico.
La jugadora afirmó que su crecimiento se debe a la pasión por el deporte y la participación en torneos de la Federación Mexicana de Pádel y la FIP.
Entre los retos que enfrentan las mexicanas está encontrar parejas competitivas para jugar profesionalmente. Esto, según Ivana, es una de las barreras principales para avanzar en su carrera.
“Somos pocas jugadoras a nivel profesional. Encontrar compañera del mismo nivel es lo más complejo”, compartió la estudiante de preparatoria, aún sin decisión sobre volverse profesional.
En el ranking mundial, Camila Ramme Coellar lidera a las mexicanas en el lugar 89, seguida por Ana María Cabrejas (113) y otras como Natalia Blanco (131) y Emma Reyes (138).
El pádel mexicano femenil avanza gracias a iniciativas organizadas y al compromiso de nuevas generaciones. Con apoyo adecuado, este deporte puede consolidarse como uno de los más practicados.