El presidente de Rusia, Vladimir Putin, declaró estar dispuesto a reunirse con Volodímir Zelenski, pero solo cuando las negociaciones lleguen a su etapa final, con un acuerdo de paz casi definido.
Desde San Petersburgo, el mandatario ruso afirmó que “no le importa quién represente a Ucrania”, aunque volvió a cuestionar la legitimidad de Zelenski, cuyo mandato venció en mayo de 2024, pospuesto por la ley marcial.
Putin sostuvo que el objetivo debe ser “no solo detener el conflicto, sino evitar que se repita”, sugiriendo que cualquier acuerdo debe incluir garantías de seguridad a largo plazo.
No obstante, reiteró las demandas de Moscú: la retirada ucraniana de las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, la renuncia a la OTAN y la reducción del Ejército ucraniano. Kiev ha calificado estas condiciones como inaceptables.
Ambas delegaciones se reunieron a principios de junio en Estambul, en el primer diálogo formal desde 2022. Sin embargo, no hubo avances ni se fijó una nueva fecha para continuar las conversaciones.
El conflicto iniciado en 2022 ha dejado decenas de miles de muertos y heridos, sin un acuerdo a la vista.
Putin minimizó el anuncio de la OTAN sobre el aumento del gasto militar al 5 % del PIB por parte de sus miembros. Afirmó que Rusia “tiene suficientes armas para su defensa”, aunque reconoció que el rearme aliado representa un “desafío”.
Por su parte, Ucrania insiste en que cualquier cese al fuego debe incluir la recuperación de todos sus territorios ocupados desde 2014, incluida Crimea, y garantías internacionales para evitar nuevas agresiones.
Mientras ambas partes mantienen posiciones incompatibles, la posibilidad de un encuentro directo entre Putin y Zelenski sigue siendo remota.