Los Ángeles, ciudad epicentro de la resistencia migratoria en Estados Unidos, enfrenta una demanda federal impulsada por Donald Trump. El expresidente acusa a la urbe de aplicar políticas de ciudad santuario que, según su equipo, interfieren con la ley.

La ofensiva legal fue presentada en un tribunal federal de California. La acción acusa a la alcaldesa Karen Bass y al Concejo Municipal de obstaculizar las normas migratorias. La querella está respaldada por el Departamento de Justicia y la fiscal general Pamela Bondi.

La demanda señala que la ordenanza municipal aprobada en noviembre "discrimina" a agencias federales. El documento sostiene que limita la cooperación con la policía local y frena acciones de deportación.

La ordenanza prohíbe usar recursos de la ciudad en tareas migratorias. También impide compartir datos con las autoridades federales. Para la administración republicana, estas políticas desafían su agenda.

"Las políticas de santuario causaron violencia, caos y ataques contra las fuerzas del orden que los estadounidenses vieron en Los Ángeles", afirmó Bondi.

La alcaldesa Bass y el gobernador Gavin Newsom rechazaron los señalamientos. Ambos acusaron a Trump de usar la inmigración como arma política.

La tensión aumentó cuando el presidente ordenó desplegar miles de efectivos de la Guardia Nacional y más de 700 marines. Esta medida provocó manifestaciones en el centro de la ciudad.

Con un tercio de su población inmigrante, Los Ángeles es bastión clave en la defensa de derechos de indocumentados. Las protestas recientes elevan la presión sobre las autoridades locales.

Trump busca convertir este conflicto en un emblema de su promesa de endurecer la política migratoria. La demanda reafirma su estrategia legal contra las ciudades santuario.

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