El Gobierno de Estados Unidos reportó en junio el nivel más bajo de cruces ilegales de migrantes en la frontera sur desde que se tiene registro oficial, según cifras difundidas por la Casa Blanca.

De acuerdo con el informe, la Patrulla Fronteriza detuvo a 6 mil 70 personas, una reducción del 15 por ciento respecto a marzo. La administración Trump atribuyó el descenso a políticas migratorias “agresivas y eficaces”.

Entre las medidas destacan deportaciones exprés sin audiencia de asilo, suspensión de liberaciones y una creciente militarización de la frontera con apoyo de tropas federales.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, afirmó que se trata de “la frontera más segura en la historia de Estados Unidos”. Añadió que los encuentros totales sumaron 25 mil 243, el nivel más bajo registrado por la CBP.

“El mundo escucha nuestro mensaje: la frontera está cerrada para quienes infringen la ley”, escribió Noem en su cuenta oficial de X.

El Congreso, en paralelo, discute un paquete fiscal que destinaría 134 mil millones de dólares a seguridad fronteriza, incluyendo expansión de muros y contratación de 20 mil agentes adicionales.

Aunque Trump consolidó respaldo entre su base electoral, organizaciones civiles acusan violaciones a derechos humanos y prácticas discriminatorias. Datos recientes muestran que menos del 10 por ciento de los detenidos enfrentan cargos por delitos violentos.

Un juez federal bloqueó la orden ejecutiva que prohibía solicitar asilo a quienes cruzaran ilegalmente desde México. El magistrado Randolph Moss consideró que violaba la Ley de Inmigración.

El fallo fue suspendido 14 días para permitir una apelación. La Casa Blanca criticó la decisión, mientras activistas celebraron el freno a la medida.

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