Entre octubre y noviembre de este año, la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) tendrá en el espacio al nanosatélite Gxiba-1, el segundo que construye. Será lanzado en Japón y desplegado desde la Estación Espacial Internacional (EEI) en colaboración con la Agencia Espacial Japonesa (JAXA), y tendrá como objetivo vigilar la actividad volcánica en México.
“Solo un satélite hecho en México ha sido desplegado antes desde la EEI, y también fue nuestro: el AztechSat-1. Ahora, Gxiba-1 se convertirá en el segundo, y nuevamente hecho en UPAEP. Esto es un logro no solo para la universidad, sino para Puebla y para el país”, informó el maestro Eugenio Urrutia Albisua, director de Proyectos Aeroespaciales de la universidad.
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El docente universitario destacó que la aprobación del proyecto representó un gran logro tanto a nivel local como nacional, ya que coloca a Puebla y a México en el foco de la investigación espacial, y fortalece los vínculos con instituciones de talla internacional como la NASA, así como con otros centros de desarrollo satelital.
Fue en 2020 cuando la UPAEP, en colaboración con la NASA, lanzó el AztechSat-1, el segundo nanosatélite mexicano (y el primero de la universidad), que tuvo una vida útil de un año y abrió la puerta al desarrollo tecnológico nacional en este campo.
A diferencia del AztechSat-1 —cuya misión fue demostrar la comunicación intersatelital—, el Gxiba-1 tiene como misión principal el monitoreo de volcanes activos en México, capturando imágenes desde el espacio y procesándolas para su análisis.
“Esta información volcánica podría ser compartida con organismos como el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), con miras a desarrollar sistemas de alerta temprana ante posibles erupciones. Principalmente estaremos observando el Popocatépetl y el de Colima, pero también otros volcanes activos del país”, explicó Isaac García, estudiante de Ingeniería Aeroespacial que participa en el proyecto.
El desarrollo de Gxiba-1 comenzó en enero de 2022, luego de que el equipo de la UPAEP ganara un concurso convocado por la ONU y JAXA en diciembre de 2021. Desde entonces, más de 20 estudiantes de diversas ingenierías trabajaron en su construcción e integración final.
A nivel técnico, el profesor Urrutia explicó que el proyecto implicó un riguroso proceso de pruebas y certificaciones en Japón, donde el satélite fue incorporado al módulo japonés KIBO, encargado de liberarlo al espacio.
“Trabajar con Japón fue mucho más difícil que con la NASA, pero aprendimos otras formas de hacer las cosas. La experiencia ha sido agotadora, pero muy aleccionadora para todos”, concluyó Eugenio Urrutia.
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