Por medio de escrituras apócrifas, infinidad de trampas legales y corrupción, la familia de constructores consigue su objetivo

Por Mario Galeana/Primera Parte 

En algún momento de la expansión de Puebla el credo revolucionario de que la tierra es de quien la trabaja fue torcido hasta determinar que la tierra es de quien la despoja.

Y si hubiera que nombrar a los máximos fieles del nuevo credo, seguramente varios señalarían a los hermanos Gabriel, Rafael y Alejandro Posada Cueto.

A través de escrituras apócrifas, de la cooptación del Registro Público de la Propiedad, jueces, notarios, ministerios públicos, políticos o misteriosos dueños que emergen de la nada 10 años después, los Posada Cueto siempre consiguen la tierra que desean.

Y ha sido bastante. Muchísima. La suficiente para que emerja de ella el desarrollo inmobiliario más exclusivo de la zona metropolitana del estado, sin que muchos recuerden que, alguna vez, esa misma tierra fue propiedad de campesinos.

En sólo nueve años la avasallante máquina de construcción de los Posada Cueto convirtió cientos de hectáreas –la mayoría campos de cultivo; otras, simplemente inutilizadas– en lo que hoy se conoce como Lomas de Angelópolis, construido en San Andrés Cholula pero expandido hasta San Bernardino Tlaxcalancingo y Santa Clara Ocoyucan.

El proyecto inició en 2002. Una clave para entender cuánto estaban dispuestos a hacer los hermanos Posada Cueto son los reportes periodísticos publicados sólo cinco años después: para entonces, se decía que el emporio inmobiliario cargaba con 100 denuncias penales y había generado un gran movimiento de resistencia integrado por campesinos indígenas.

Lo llamaron Movimiento de Pueblos Cholultecas (MPCH). Y sí: sus líderes terminaron presos por el delitos del cual se dijeron víctimas: el despojo.

Historia de un emporio

El origen se cuenta en las sobremesas de los hombres que controlan la política y los negocios del estado, y desde entonces se repite. Todo comenzó así.

Un hombre de origen italiano nombró propietario de dos harineras al padre de los hermanos Posada Cueto. Cuando el extranjero reguló su condición en México y quiso recuperar la titularidad de los negocios, el patriarca de la familia respondió así: “Te puedo dar sólo una. O ninguna. Tú eliges”.

Lo que sigue en la historia es un hecho: los Posada Cueto fueron propietarios de una fábrica llamada La Asunción, la cual más tarde vendieron a la empresa Maseca.

Ya eran, para entonces, grandes amigos del ex gobernador priista Manuel Bartlett Díaz –hoy convertido al lopezobradorismo–, quien echó a andar el proyecto Angelópolis en la reserva territorial Atlixcáyotl.

Y, en algún momento, ingresó el capital de los hermanos. De acuerdo con el periodista Alejandro Mondragón, en el título de propiedad 7641, con fecha del 17 de junio de 2008, Rafael Posada Cueto se fingió campesino y vendió una parcela de más de 56 hectáreas a la empresa Cumbres de San Andrés, representada por Alejandro Posada Cueto, su hermano.

Los hermanos eran, entonces, amigos del grupo político en el poder: el marinismo. Compartían “el pan y la sal” con empresarios consentidos en el sexenio, como el constructor Edgar Nava, e incluso realizaron decenas de comidas a favor del delfín de Mario Marín: Javier López Zavala.

Con la derrota del priista, versiones indican que el ex gobernador Rafael Moreno Valle ordenó una investigación sobre el crecimiento de Lomas de Angelópolis. Y aunque hubo pruebas para fincar responsabilidades en contra de los Posada Cueto, alguien intervino por ellos: Juan Pablo Piña Kurzcyn, yerno de Rafael Posada Cueto.

Así se han mantenido a flote. Tienen relaciones del más alto nivel y forman parte de consorcios en los que se incluye a Emilio Azcárraga Jean, dueño de Televisa. Hoy se les relaciona con varias empresas. Algunas de ellas son Grupo Proyecta, Inmobiliaria Cagliari SA de CV, Liguria Inmobiliaria SA de CV y Nante Inmobiliaria SA de CV.

En noviembre de 2012 Gabriel Posada Cueto dijo a El Economista que Lomas de Angelópolis tenía 470 hectáreas a las que anualmente llegaban “entre mil 200 y mil 500 familias” que buscaban casa.

Pero no se han detenido. En mayo de este año, ejidatarios de Santa María Malacatepec, en Ocoyucan, denunciaron que 230 hectáreas de su propiedad eran ofrecidas por Grupo Proyecta en forma de departamentos con valor de más de siete millones de pesos.

Y la maquinaria de los Posada Cueto sigue en marcha. Quienes los han tratado, aseguran que las riendas del negocio inmobiliario las llevan Rafael y Gabriel. Gabriel tiene un trato amabilísimo con quienes desean hacer negocios y Rafael es la cara opuesta: una persona que grita e impone.

“Yo creo que hacen, en realidad, un papel del policía bueno y el policía malo: mientras uno te seduce, te trata bien, el otro te apabulla”, me dice Héctor Montiel García: uno de los cientos de afectados por los Posada Cueto.

Héctor Montiel / ARCHIVO

El caso de Héctor Montiel

—Gabriel Posada me contactó en 2006 porque quería comprar uno de mis dos terrenos en lo que hoy es Lomas de Angelópolis. No me pareció una buena noticia, porque basta abrir la página de Google y poner ‘Posada Cueto despojos’, para encontrarse con cientos de notas respecto a lo que ha sido su actuación ‘empresarial’.

Me dice Montiel, quien hace 15 años fue alcalde interino de Puebla. Los inmuebles –de dos y siete hectáreas cada uno– habían sido otorgados en garantía a BBVA Bancomer por un ingeniero que no logró solventar su deuda. Y fue el banco quien le vendió los terrenos a Héctor en 2000.

—Dije que sí y acepté un anticipo de tres millones de pesos por el terreno de dos hectáreas que valía unos 50 millones de pesos. Pero ellos sólo hacían tiempo, porque en realidad estaban falsificando una escritura pública. Después, cuando fui a ver mi terreno, me di cuenta de que estaba cercado y lo estaban desarrollando.

La escritura falsa, según Montiel, se consiguió así: los hermanos Posada Cueto dijeron que el terreno lo habían adquirido previamente de un sujeto llamado Rodrigo Díez Torres, quien dijo haber comprado ese inmueble al ingeniero embargado por Bancomer.

—Nos vamos a una averiguación, y la Procuraduría General de Justicia (PGJ) determina en 2011 que su documento –el de los Posada Cueto– está falsificado. Pero gracias al fiscal metropolitano José Carlos Proal Diez –despedido en mayo de este año– la averiguación se archiva. Pero, antes, ellos sacaron un supuesto propietario quien 12 años después dice que el tal ingeniero no le pagó bien su propiedad. Entonces inicia un juicio reivindicatorio pero mi ex abogado, Ismael Velázquez González, jugaba a favor de los Posada Cueto: no presentó pruebas y ellos se quedaron con mi terreno.

Montiel también perdió ante los Posada Cueto el segundo inmueble, el de siete hectáreas, pero mediante un modus operandi distinto.

Primero, los hermanos rastrearon el origen de ese inmueble: Héctor, BBVA Bancomer, el ingeniero embargado y, al principio, un campesino de San Antonio Cacalotepec, localidad de San Andrés Cholula.

—Ellos se dan cuenta de que el campesino se había adjudicado el terreno en un juicio intestamentario, en el cual una hermana no había sido convocada. Entonces contratan a alguien de Cacalotepec que los lleve hasta esa hermana y la convencen de que promueva un amparo. ¿Sabes qué terreno pide la hermana al ser incluida en el juicio? El mío.

Por estrategia ante los hermanos, Montiel ordenó el embargo de su inmueble. Pero no podía hacer nada con él porque, en los hechos, los Posada Cueto son alcaldes de Lomas de Angelópolis.

—La ley dice que el fraccionador debe entregar los servicios al Ayuntamiento, pero con los Posada es distinto: ellos obtienen la concesión de los servicios y los mantienen. Es decir, los servicios nunca se municipalizan y son, entre comillas, propiedad de ellos. Entonces, para pedir un permiso de luz necesitas un permiso de Lomas de Angelópolis.

Así apareció en escena Mauricio Romero Torres, quien se presentó ante Montiel como empresario de casinos pero que era, entonces, comandante de los Cuerpos de Seguridad Auxiliares del Estado de México (Cusaem).

—Él se ofrece a solucionar el tema de los servicios, siempre que le vendiera 10% del terreno y quitara el embargo. Yo lo platico con mis hijos, ellos me firman un contrato de donación y cheques, y cometo el error que me tiene aquí: desistir del juicio ejecutivo mercantil. Al levantar el embargo, mis hijos desconocen el acuerdo y dan el terreno a los Posada a través de un fideicomiso ilegal porque éste fue resuelto por el registrador público de Cholula, Javiel Azael Angulo Balam, cuando debió ser atendido por el Instituto Catastral.

Hoy Montiel se recupera de un atentado ocurrido el pasado 12 de agosto, el cual atribuye directamente al litigio por los inmuebles. De su muerte, según él, se beneficiarían tanto los Posada Cueto como las titulares de las notarías públicas 1 y 2, Silvia Hernández Aguilar y Susana Romero de Martino, quienes participaron en el proceso de venta de su terreno.

¿Quién es Grupo Proyecta?

Por  Guadalupe Juárez

Con la promesa de crear proyectos inmobiliarios “para las nuevas generaciones”, Grupo Proyecta nació en el año 2000, fundado por los hermanos Rafael y Alejandro Posada Cueto, quienes mantienen vínculos con desarrolladores que han construido en Dubái, Emiratos Árabes; Orlando, Florida y Punta Mita, México, así como en Estados Unidos, China y la India.

Pero los hermanos habrían puesto sus ojos en Puebla, donde establecieron las oficinas de su empresa, en Paseo Opera 4, interior 303, Town Center Sonata, edificio Escala, en Lomas de Angelópolis, San Andrés Cholula.

Sitio donde, precisamente, ofrecen a través de su página web oportunidades de inversión, abarcando Santa Clara Ocoyucan y el municipio sanandreseño. También en el exclusivo desarrollo residencial El Carmen, en Atlixco; Soluna, en Mérida, Yucatán, y próximamente –de acuerdo con sus proyecciones– en Irapuato, Guanajuato.

Grupo Proyecta cuenta –por el momento– con cuatro desarrollos en venta; 80 clústeres completados, 866 hectáreas desarrolladas, tres mil 396 hectáreas de reservas territoriales, 50 mil habitantes –hasta julio de 2016– y 25 mil lotes vendidos.

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