Vestir el rostro 

Por: Miguel Ángel Andrade

Hay una pregunta como fondo en estos retratos ¿nos pertenece la identidad que nos imponen o la identidad que expresamos?

Luis Arturo Aguirre encontró una fórmula que, en un primer momento, deja felices a todos: a quienes posan y a quienes observan. Aquellos porque representan estilos e iconos que han pasado a la historia, éstos porque con esa apariencia no ven el trazo de violencia, intolerancia y discriminación que hay en la vida de los travestis.

Vemos, en cambio, retratos coloridos y exaltantes de personajes que esconden su verdadero rostro en la máscara del maquillaje.

¿A quién desnuda el encuentro con estas imágenes? Ellas, las desvestidas, no parecen intimidadas, antes se muestran orgullosas e incluso coquetean con el fotógrafo. Los gestos con que reaccionamos a la realidad revelan a veces nuestro verdadero rostro, o más bien manifiestan la relación que tendemos entre nosotros y el mundo. La fotografía reciente ha explotado este filón de la personalidad a tal grado que en ocasiones el gesto dice más que el atuendo o el lugar.

En este caso, la desnudez nos obliga a mirar con atención los rostros que se nos esconden.

La época contemporánea ha traído de vuelta los juegos de identidades que se pusieron de moda en el teatro el Siglo de Oro. A fuerza de vestirse y desvestirse, de intercambiar roles y contextos, el Gil de las calzas verdes  de Tirso de Molina, termina él mismo confundiendo su personalidad.

Lo mismo ocurre con quien observa estos retratos. La confusión se instala en el espectador que no atina a establecer un género específico, pero acepta la ambigüedad de la imagen. No sabemos a ciencia cierta quién nos mira del otro lado de esa mirada que sonríe o se ruboriza, sólo intuimos la complicidad con el fotógrafo y la voluntad expresa de su apariencia.

A pesar de su aspecto simpático y agradable, esta serie impone una trampa que utiliza la belleza como anzuelo. ¿Quién se atreve a desnudarse de prejuicios al encuentro con estas imágenes?

Sobre el autor…

Luis Arturo Aguirre  (Guerrero, 1983)
Cursó el Seminario de Fotografía Contemporánea 2011 del Centro de la Imagen y el Programa de Formación Fotoensayo, en Hidalgo.
Cuenta con tres exposiciones individuales: Ojos que sí ven…, El hombre y el jaguar y Desvestidas. De manera colectiva ha expuesto en el Museo Universitario del Chopo, Centro Cultural Jardín Borda, Centro Cultural Acapulco, y en el extranjero en la Quinta Bienal de
Fotografía Photoquai (PHQ5), París, Francia; en Bélgica, España, Brasil, Uruguay y Venezuela.
En 2009 obtuvo la beca PECDA Guerrero y formó parte de la generación de Jóvenes Creadores del FONCA (2012-2013). Su obra forma parte de la colección del CECULTAH y del Centro de la Imagen. Desvestidas fue elegida como Primer Premio de la XV Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen en 2012. Fue mencionado por revista la TIME en el artículo “9 Mexican photographers you need to follow”.
Vive y trabaja en Acapulco.

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