Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva 

El pasado martes dieron inicio los Foros para la Reforma Electoral que impulsa el diputado morenista Sergio Gutiérrez Luna y en los cuales se pretende sustentar o, dicho de otra manera, legitimar una eventual reforma en la materia con tendencias claramente centralizadoras, aprovechando el momento político y el control casi absoluto que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene de las instituciones en el país.

Las propuestas que se han planteado bajo el discurso de implementar medidas urgentes de austeridad y generar ahorros significativos, tienen evidentemente un trasfondo político y electorero a todas luces.

Son diversos factores los que se han puesto sobre la mesa de discusión, desde la pretensión de Pablo Gómez de desaparecer el Consejo General del INE y los 32 OPLE para sustituirlos por 300 Juntas Distritales con integrantes designados por la Cámara de Diputados, acompañado esto de la extinción de los 32 Tribunales Electorales locales, hasta algunas propuestas más moderadas, como el reducir el número de integrantes del Consejo General del INE y de los OPLE, pero todas ellas con la intención de reestructurar a las instituciones electorales y designar a personas afines a la Cuarta Transformación en todo el territorio nacional, aprovechando la abrumadora mayoría que tiene Morena en ambas cámaras del Congreso de la Unión.

A pesar de ello, han surgido algunas voces sensatas como la del senador Ricardo Monreal y la del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo, quienes se han manifestado particularmente en contra de la desaparición de los órganos electorales locales.

La desaparición de los OPLE –en el caso de Puebla, del Instituto Electoral del Estado (IEE)– sería una medida centralizadora que si bien le quitaría injerencia a los gobernadores en las elecciones locales, atentaría en contra del pacto federal.

Quizá los impulsores de esta idea no han pensado qué sucederá con los partidos políticos locales, si desaparecerán también o no, ni en el arduo trabajo que implicaría una nueva redistritación federal –al menos en Puebla no veo cómo se podrían organizar las 217 elecciones municipales a distancia desde las 15 cabeceras distritales–.

Algo que tampoco han pensado estos genios es en el origen del presupuesto que mantiene a estos OPLE, el cual corre a cargo de cada una de las entidades federativas y si estos desaparecieran, las elecciones locales tendrían que ser pagadas –literalmente– por el gobierno federal.

Esta semana exponían que los OPLE cuestan anualmente $ 9,332,532.51, aunque 51.6% de estos recursos se entregan de manera directa a los partidos políticos con motivo de sus prerrogativas estatales. Si la única intención de esta discusión fuera el aspecto económico, sería mejor –mucho mejor– eliminar el total de las prerrogativas estatales a los partidos políticos, que reciben doble recurso, es decir, tanto federal como local.

 

¿QUÉ PASA AQUÍ EN PUEBLA?

Esta discusión en el ámbito nacional ha provocado que el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del estado, Gabriel Biestro Medinilla, retomara su intención de llamar a Jacinto Herrera a rendir cuentas por su actuar al frente del IEE en 2018 y también de exhortar al INE para que proceda la solicitud de destitución propuesta por Morena desde hace algunos meses en contra del citado Herrera y los demás consejeros electorales.

Un dato curioso es que los directores de Organización Electoral que tuvieron bajo su responsabilidad el funcionamiento de la desaseada bodega electoral ya no trabajan en el IEE y por el contrario, Miguel Luna Mendoza, quien al inicio del proceso electoral de 2018 era director de Organización Electoral del IEE, fue nombrado representante de Morena ante el Consejo Local del INE para la elección extraordinaria de 2019, después de su sospechosa renuncia al cargo y quien lo relevó en esa Dirección, Óscar Reyes Rodríguez, y fue el responsable del manejo de la bodega después de la jornada electoral de 2018, ahora labora en el Congreso del estado.

A ellos se unió también el funcionario electoral Alejandro Melchor Morales, quien, sin pena alguna, envió a un notificador de Morena al IEE a presentar su solicitud de licencia sin goce de sueldo para poder tener libertad de operar a partir del arranque de las pasadas campañas.

¿Voy bien o me regreso?