Inoperancia. La asociación civil Dale la Cara a Atoyac ha advertido en varias ocasiones que la recuperación de la presa sólo será posible a través de la depuración de los ríos Atoyac y Alseseca

Por: Gabriela Cuevas

A casi un año de haberse puesto en marcha el plan de limpieza de la presa “Manuel Ávila Camacho”, conocida como laguna de Valsequillo, a través de barcos especializados, nadie tiene certeza de los resultados: ni las empresas contratadas para el monitoreo, ni las autoridades.

Por el contrario, existen pruebas para demostrar que el proyecto ha sido un fracaso, por ejemplo, la aparición de una espuma tóxica que cobró la vida de una persona y la permanencia de lirio y metales pesados.

Organizaciones como Dale la Cara al Atoyac, incluso, advirtieron que el proyecto impulsado en la administración de José Antonio Gali Fayad desde un principio estuvo condenado a no servir.

El 27 de noviembre de 2018 la gestión galista puso en marcha la operación de tres barcos Scavenger, que tuvieron un costo de 209.7 millones de pesos, y afirmó que los resultados positivos se observarían en seis meses, al grado de que el lago artificial sería recuperado y los habitantes de la zona podrían nadar.

OPACIDAD. La contratación de las unidades marítimas se hizo a través de la empresa Consultas Nacionales de Información y Asesoría, que nada tiene que ver con el ramo y para no perder la inversión, subcontrató a la compañía estadounidense Dellepe Enterprises Corp. Foto: Archivo

La adquisición de los vehículos marítimos se realizó a través de la empresa Consultas Nacionales de Información y Asesoría, que carecía de cualquier experiencia en el ramo medioambiental, pues estaba dedicada a la publicidad y contratación de personal para outsourcing.

Para no perder la inversión, Consultas Nacionales subcontrató los servicios a la compañía estadounidense Dellepe Enterprises Corp, cuya actividad está encaminada al saneamiento de ríos y lagos mediante la inyección de oxígeno y ozono al agua.

En marzo de 2019, Dellepre Enterprises Corp rindió un informe en el que aseguró que la turbidez del agua había disminuido 40% y hubo una disminución de los metales pesados presentes en el lago, tales como hierro, zinc, aluminio y manganeso.

Sin embargo, cinco meses después la firma estadounidense reconoció que Consultas Nacionales es la encargada de supervisar el saneamiento de Valsequillo, por lo que ahora no se sabe quién es el responsable del proyecto.

LAS DUDAS

Hasta la fecha nadie sabe con claridad los resultados obtenidos por dichos barcos. Por el contrario, ha ocurrido una serie de incidentes que han puesto en duda la efectividad del programa. El 21 de julio pasado, un hombre falleció debido a que cayó a orillas de un afluente intentando tomarse una foto con la enorme capa de espuma tóxica formada por los químicos presentes en el agua.

A su vez, la diputada local por el Partido Encuentro Social (PES), Nora Merino Escamilla, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente del Congreso del estado, entró a la discusión por la contaminación de la presa y los nulos resultados del proyecto de los barcos. El programa, afirmó, debía ser investigado y sancionado en caso de encontrarse irregularidades o incumplimiento.

A su vez, Dale la Cara al Atoyac ha declarado en innumerables ocasiones que el saneamiento de la presa sólo puede conseguirse mediante la depuración de los afluentes que le dan origen. A lo que suma la deficiente infraestructura para limpiar las aguas residuales. Tan sólo en la cuenca del Atoyac existen 26 plantas de tratamiento, de las cuales siete se encuentran en funcionamiento.

OTROS DATOS

La presa “Manuel Ávila Camacho” es un lago ubicado en la zona sur del municipio de Puebla con una capacidad para almacenar hasta 300.097 hectómetros cúbicos, es decir, tres millones de litros de agua.

El agua de la presa se encuentra contaminada debido a altas concentraciones de metales pesados y residuos tóxicos provenientes de aguas residuales descargadas en los ríos Atoyac y Alseseca.

Los barcos contratados durante la gestión de Antonio Gali estaban obligados a utilizar un sistema de oxidación para el saneamiento de las aguas, inyectando microburbujas de oxígeno y ozono. Dichos elementos eliminarían la presencia de metales pesados y residuos de materia fecal, además de que retirarían la supuesta plaga de lirio acuático que hay en la zona.

El lirio acuático tiene como función captar y almacenar significantes cantidades de metales pesados, por lo que su existencia supone una solución natural del ecosistema para regenerarse el mismo.