Un hombre que ayudó a su hermano mayor a llevar a cabo un atentado suicida con bomba al final de un concierto de Ariana Grande en la ciudad de Manchester en 2017, en el que murieron 22 personas, fue sentenciado el jueves a una pena de al menos 55 años de prisión.

Hashem Abedi, de 23 años, fue declarado en marzo culpable de asesinato por alentar y ayudar a su hermano Salman a inmolarse en el Manchester Arena cuando los padres llegaban a recoger a sus hijos al final de un espectáculo de la cantante pop estadounidense.

Entre los muertos había siete niños, el más pequeño de solo ocho años, mientras que 237 personas resultaron heridas. El ataque fue el más mortal en Gran Bretaña desde los atentados suicidas con bombas al sistema de transporte de Londres que dejaron 52 muertos en 2005.

El juez Jeremy Baker dijo que ambos hombres eran igualmente culpables y apuntado deliberadamente a un concierto al que asistían jóvenes.

“La cruda realidad es que estos fueron crímenes atroces: grandes en su escala, mortales en su intención y espantosos en sus consecuencias”, dijo Baker al tribunal de Old Bailey de Londres.

El juez decidió encarcelar a Abedi de por vida por asesinato y conspiración para provocar una explosión, y dijo que pasaría al menos 55 años tras las rejas.

Abedi no estuvo en el tribunal para la audiencia de sentencia, ya que se negó a entrar en la sala donde las familias de las víctimas han dado relatos desgarradores del impacto devastador que el ataque había tenido en sus vidas.

DAMG

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