El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo el viernes que capturaron a un “espía estadounidense” con información en su poder del mayor complejo refinador, Amuay y Cardón, en el noroeste del país, en momentos en que el país sudamericano atraviesa una severa crisis de escasez de combustible.

El mandatario también denunció que fue desmantelado hace unos días un plan para “ocasionar una explosión en la refinería El Palito”, y pidió reforzar las medidas de seguridad en la instalación, sin ofrecer más detalles del caso. La refinería, con capacidad de un poco más de 140 mil barriles por día (bpd), está situada en la costa noreste, en el central estado Carabobo.

“Hemos capturado el día de ayer en el estado Falcón a un espía estadounidense, espiando en el estado Falcón las refinerías de Amuay y de Cardón”, dijo Maduro en un acto transmitido por la televisión oficial.

Las refinerías Amuay y Cardón forman parte del Centro de Refinación Paraguaná de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), el más grande del país con una capacidad nominal de procesamiento conjunta de 971 mil barriles diarios (bpd).

Maduro explicó que se trataba de “un marine, que estuvo prestando servicios como Marine en bases de las CIA en Irak. Se le capturó con armamento especializado, se le capturó con gran cantidad de dólares en efectivo, gran cantidad de dólares y con otros elementos que hemos pasado directamente al Ministerio Público a la Fiscalía”.

En su alocución, no dio detalles sobre el detenido ni dónde se encontraba actualmente, pero agregó que la persona está ofreciendo declaraciones.

Ni el Departamento de Estado de Estados Unidos, ni la Casa Blanca respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.

En agosto, un tribunal venezolano condenó a 20 años de prisión a los estadounidenses Luke Denman y Airan Berry, acusados de participar en una fallida incursión armada vía marítima. La oficina del jefe del Congreso, Juan Guaidó, detalló que el líder opositor conocía de la operación desde octubre de 2019, pero no la financió. Funcionarios estadounidenses negaron cualquier participación de Washington.

Venezuela vive una nueva ola de escasez de combustible después que entre mayo y junio un severo racionamiento fuera temporalmente aliviado por cargas enviadas desde Irán, un aliado del gobierno de Maduro.

El gobierno anunció el viernes un nuevo esquema de distribución a mediano plazo para el suministro del combustible y reafirmó su compromiso en “producir toda la gasolina y demás productos necesarios”.

Las fallas de suministro se han agudizado, debido a que las refinerías enfrentan dificultades por los años de desinversión, mala gestión y sanciones que limitan su debido mantenimiento. PDVSA intenta reactivar en la refinería El Palito, la unidad de Craqueo Catalítico Fluidizado (FCC, por su sigla en inglés), de 60 mil bpd y clave en la producción de gasolina.

TFA

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