En el marco del Día del Niño, durante la misa dominical desde la Catedral de la capital del estado, la Iglesia católica en Puebla pidió proteger y respetar a los niños ante la realidad de guerras y esclavitud que vive la humanidad.
Monseñor Tomás López Durán transmitió el mensaje del Papa Francisco, acerca de la Primera Jornada Mundial de los Niños, por la cual invitó a la humanidad a la reflexión y a la acción.
“El santo padre nos recuerda que los niños son valiosos, que tienen una misión y que necesitan nuestra solidaridad, los niños son el presente y el futuro de la humanidad y por eso debemos cuidarlos educarlos y respetarlos”, dijo el obispo auxiliar de Puebla.
Reiteró que los niños “son el tesoro más precioso que tenemos”, además, indicó que la máxima autoridad de la Iglesia dio un mensaje del libro de Isaías donde Dios dijo “eres valioso a mis ojos”.
Con ello, dijo, se resume el amor incondicional que Dios tiene por cada uno de sus hijos y en particular, por las infancias.
“Los niños nos recuerdan que todos somos hijos y hermanos y que nadie puede existir sin alguien que lo traiga al mundo, ni crecer sin tener otras personas para amar y sentirse amado”, dijo.
De acuerdo con López Durán, el Papa Francisco hizo un llamado a la solidaridad con los niños que sufren en el mundo y elevó una oración para quienes aun siendo pequeños ya luchan contra enfermedades y dificultades en el hospital o en sus propias casas.
También pidió por los niños que son víctimas de la guerra y de la violencia, a quienes sufren hambre y sed, a quienes viven en la calle o se ven obligados a ser soldados y a huir como refugiados, separados de sus padres.
Además, recordó a los niños que no pueden ir a la escuela y a quienes son víctimas de bandas criminales o de otras formas de esclavitud y de abusos.
“El papa animó a rezar por los niños, a compartir con ellos lo que tenemos, a defender sus derechos y a ser sus amigos y hermanos”.
La fe en la iglesia
Monseñor Tomás López Durán pidió mantener viva la fe en Dios ante las adversidades actuales.: “Yo soy la verdadera vida y mi padre el viñador, al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda, no dar fruto es no creer en Jesús “, dijo
Explicó que no dar fruto es no hacer las obras que él hace, negarse a amar, a perdonar, a vivir siempre en todas partes en la caridad. También dijo que no dar fruto es no permitir que el espíritu nos inspire proyectos de vida nueva.
Dijo que la falta de Dios es estar paralizado “por el miedo, por la cultura de la muerte, por la violencia, encerrados en nuestros egoísmos y desesperanzas”, indicó
Por Paola Macuitl Gallardo