María Martha Garrido Galindo es abuela de siete nietos, a los cuales les ha consagrado su vida en cuerpo y alma. Su mejor pago es la sonrisa y amor que ellos le regalan. 

“Es una dicha tenerlos  a mi lado y darles consejos, hablándoles de respeto, del amor, de Dios, que es lo que a mí me inculcaron, todo lo hago con amor. Mi vida con ellos tiene sentido, yo no sé qué haría si no los tuviera”, explicó. 

Marthita, como le dicen, vive con tres de sus nietos a quienes, día a día, levanta para ir a la escuela, los arregla y les da de desayunar. Posteriormente los recibe con su comida lista y los lleva a clases extraescolares. 

Aunque su vida gira en torno a ellos, la mujer de 77 años aseguró que no podría recibir un pago por hacerlo. 

“Yo soy familia, yo trato de ayudar a la familia, pero para mí que me den algo, no; luego mi hija me compra cosas y de veras no las necesito, tengo todo, soy muy feliz, aunque no me den nada, con las sonrisas y saber que están contentos conmigo, con eso me pagan”, señaló. 

La abuelita aseveró que a sus niños les trata de inculcar valores y respeto, así como, a amar a Dios, pues ella creció en un entorno amoroso. 

“Es una enseñanza, porque me enseñan a amar la vida, amar a Dios, a quien le agradezco por tener esos niños, ayudándolos a que se levante, recojan todo, hago lo que hace toda abuela, que es quererlos, trato de consentirlos con reglas, les enseño cosas con mucho cariño, nunca los trato con groserías ni levantándoles la voz”, aseveró. 

También afirmó que por su edad trata de ser realista y les habla a los pequeños de que un día se irá, pero los seguirá cuidando en la lejanía. 

“Dejarles todo lo mejor de lo nuestro, no que te mueras y digan, ‘ay que bueno que se murió mi abuela, ya no la aguantamos’. Yo les digo, un día yo me voy a ir, ya no los veré, pero por ahí en el cielo hay una ventanita, donde los estaré vigilando”, expresó.

PILARES FAMILIARES

En México, cada 28 de agosto se celebra el Día del Abuelo o Día del Adulto Mayor. Según un análisis desarrollado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), las abuelas son las integrantes de la familia que más apoyan en el cuidado de menores de edad en viviendas de municipios del interior del estado de Puebla.

De acuerdo con el “Estudio cualitativo sobre pobreza y cuidado infantil en los hogares de México”, el cuidado de los niños menores de cinco años recae en las madres, sin embargo, en los hogares en los que el núcleo familiar es monoparental, las abuelas son las encargadas de cuidar a los pequeños.

El análisis, que incluyó en la muestra a los municipios poblanos de Felipe Ángeles, Palmar de Bravo y Zacatlán, arroja que dentro de los hogares con ambos padres, las abuelas que llegan a cuidar a sus nietos, generalmente residen en otro hogar.

Asimismo el análisis detalla que las personas cuidadoras que ya forman parte del grupo poblacional de la tercera edad, presentaban algunos síntomas como dolores de cabeza, de espalda o simplemente fatiga, derivada del trabajo de cuidados de los menores de edad y otros miembros del hogar.

CITA

“Es una dicha tenerlos  a mi lado y darles consejos, hablándoles de respeto, del amor, de Dios, que es lo que a mí me inculcaron, todo lo hago con amor”

María Martha Garrido

Abuelita poblana

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