Cuando llegó a Yonkers, a los 18 años, nunca creyó que lograría consolidar sus negocios... hoy tiene una cadena de panaderías y un mini súper; no siente temor por la llegada de Donald Trump a la presidencia

 

Por Mario Galeana 

Tarsicio Tovar García salió de Tlaxcuapan a los 18 años. Era uno de los menos de 500 habitantes del pueblo que produce la mejor sal de la Mixteca poblana y su rumbo era incierto.

La frontera con Estados Unidos no era, en aquel lejano año de 1979, la franja vigilada vía satelital que es hoy, pero no había certezas. Se podía cruzar por el desierto, por el río, entre patrullas fronterizas, y no volver jamás.

Tarsicio lo logró. Llegó a un barrio de Nueva York el 25 de junio de ese año. Yonkers alberga hoy a más de 35 mil poblanos que, sobre todo, proceden de esa región expulsora de personas con sueños que es la Mixteca.

Encontró trabajo en una importante panadería en un barrio italiano de NY a la que, tiempo después, sus hermanos llegaron también. Una tarde, el panadero italiano, migrante al igual que él, les dijo :“me gustaría que mi panadería quedara en las mejores manos. Y las mejores manos las tienen tú y tu familia, que son, también, como una familia para mí”. Tarsicio lo recuerda nítida, pausadamente, en una entrevista con esta casa editorial.

El hombre y su familia hoy administran la cadena de panaderías Orza y un pequeño supermercado de nombre Deli. El mixteco reconoce que, desde 1977, la comunidad inmigrante mexicana ha sorteado agresiones y deportaciones numerosas, pero el riesgo nunca había sido tan latente como hoy, con el triunfo electoral del republicano Donald Trump.

Sin embargo, la opinión entre empresarios migrantes exitosos parece unánime: el magnate no podrá cumplir las promesas xenófobas que lanzó durante su campaña. Lo han dicho los dos Reyes de la Tortilla, Félix Sánchez y Erasmo Ponce, cuyas empresas generan millones de dólares en Nueva York, y ahora lo dice también el administrador de las panaderías Orza.

Tarsicio va más alla sobre Trump: “ya se está echando para atrás, al principio, dijo que deportaría a todas las personas que no tuvieran sus papeles en regla. Pero ya está moderándose. Ya vemos que está cambiando”.

Dijo que sólo a las personas que tengan antecedentes delictivos, a los de las pandillas, a ellos sí les repatriará”.

El poblano forma parte de la Cámara México-Americana de Comercio, en Yonkers, y cree que, además de la necesaria mano de obra mexicana para la industria estadunidense, los distintos niveles de gobierno harán contrapeso al mandato de Trump.

“Yo creo que sí hay un riesgo, pero no por eso tenemos que asustarnos. Aquí hay demasiadas leyes que protegen a los migrantes, además de que, aunque cuente con mayoría en el Senado, en el Congreso no podría aprobarse una deportación masiva”,.

 

Ante el miedo, orgullo  

Tovar García reconoce, sin embargo, que de pronto los barrios mexicanos se han quedado vacíos. No porque la deportación masiva anunciada por Trump ya haya sido puesta en marcha, sino porque las declaraciones del hombre que gobernará al país más poderoso del mundo ha sembrado incertidumbre entre los paisanos.

“Lo que sí es cierto es que los negocios están malos: no hay gente en la calle. A nosotros, como pequeños y medianos comerciantes, nos está afectando un poco. Por razones obvias, la gente que no posee papeles tiene miedo, temor. Pero nosotros no debemos intimidarnos. Debemos echarle ganas”, subraya.

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—¿Cómo está el ambiente en EU?

—Mira, el país está tenso, muy tenso. Todos los migrantes que estamos aquí tenemos parientes que aún no poseen sus papeles en regla. Entonces estamos un poco dudosos de lo que pueda pasar, pero lo que estamos observando es que en México se está exagerando un poco. Aquí, al menos en Yonkers, estamos bien. No queremos exagerar ni ser alarmistas. No podemos ser alarmistas ahora.

—¿Podría un inmigrante tener éxito en la era de Trump?

—Mira, yo he vivido casi toda mi vida en Estados Unidos, y sé que este es un país de grandes oportunidades. Quienes hemos llegado con ganas, hemos logrado muchas cosas para nuestros negocios, y para nuestras familias allá, en México, en Puebla. Yo sólo pienso que, si venimos a este país, debemos comportarnos. Este país nos ha echado mucho la mano, como nosotros a ellos.

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