La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

Rafael Moreno Valle otra vez nos engañó con la verdad.

Durante varios meses dejó entrever que en este momento —cuando menos para su ruta crítica— era más importante el país que Puebla.

En ese sentido, inició una precampaña para, en apariencia, conquistar la candidatura del PAN a Los Pinos, cuando en realidad lo que estaba haciendo era armarse de un capital político que le permitiera negociar con el mayor margen posible.

Nunca, ni él ni su equipo cercano, vio como una posibilidad real que pudiera quedarse con la candidatura a la Presidencia de la República.

Lo que él quería es lo que está ocurriendo: que las cosas se acomodaran de tal forma que Martha Erika Alonso, su esposa, terminara siendo la candidata del PAN —y en consecuencia, del Frente— a Casa Puebla.

Cierto: recorrió el país, estudios de televisión, plazas públicas, auditorios de universidades y ferias del libro.

También, en consonancia, su imagen cubrió espectaculares, muros, cruceros, portadas de revistas…

Al final el resultado fue uno: se posicionó en las encuestas –incluso en las que “a modo” se mandaron hacer algunos precandidatos— y armó lo que quería desde un principio: un capital político para negociar, además de Puebla, curules y escaños para sus aliados.

Sus enemigos a sueldo dirán —dicen, vienen diciendo, han dicho—que fracasó en su intento de ser presidente de México.

Él siempre supo que esa tarea sería imposible en un escenario como el actual: con un dirigente nacional con el control absoluto del partido.

El mensaje que vía redes sociales dio a conocer este domingo dejan dos certezas y una incertidumbre.

La primeras, que antes que todo está el PAN.

La segunda, qué hay madurez política para reconocerlo.

Y la tercera: que el hecho de que no mencionara el nombre de Ricardo Anaya mete a algunos en un mar poco deseable: el de las dudas.

Es decir: no se prestó a legitimarlo.

Lo que viene será consecuencia del tercer punto.

El quintacolumnista lo ha escrito en varios momentos: Anaya no puede darse el lujo de ir sin el carro completo del panismo.

Con un pasajero que falte —sobre todo si éste se apellida Moreno Valle—, la Presidencia de la República será una quimera.

Hay material para pensar y repensar por un buen rato.

 

Dos Noticias Fúnebres

Falleció este fin de semana don Ramón López Rubí.

El ex procurador general del estado fue una gran persona siempre y un conversador puntual.

No fue un hombre de excesos.

Su mayor virtud como personaje público fue la discreción.

La última vez que lo vi fue en un restaurante de la avenida Juárez.

Por supuesto, lo encontré de magnífico humor.

No lo recuerdo serio o distante.

Siempre fue afable y cordial.

Descanse en paz.

Otro fallecimiento que nos enluta es el del padre de nuestro entrañable amigo y compañero Carlos Limón.

Desde aquí, un abrazo cariñoso y solidario, querido Carlos.

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