La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía/ @QuintaMam

Los yernos de los políticos suelen ser voraces.

Elías Abaid, yerno del gobernador Antonio Gali Fayad, rompe la regla.

Incluso se le podría acusar de ser excesivamente mesurado y dueño de un premeditado bajo perfil.

En la política mexicana, la figura del yerno es sinónimo de enriquecimiento súbito y de protagonismo.

Los yernísimos quieren ser funcionarios, senadores, todo lo que se pueda, y siempre a costa de los suegros exitosos.

Un ejemplo: Pablo Escudero, quien sin contar con una carrera política terminó siendo presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República sólo por ser yerno de Manlio Fabio Beltrones.

En España, Iñaki Urdangarín no sólo hizo brutales negocios a la sombra del Rey, sino que arrastró a la Infanta Cristina de Borbón a las trapacerías más sucias y al Tribunal Supremo.

Cauto, reservado, Elías Abaid dejó de militar en el Partido Verde una vez que los dirigentes del mismo no valoraron el trabajo que hizo como delegado en las elecciones de Tlaxcala en 2016.

(Pudiendo incorporarse a la campaña del hoy gobernador Gali, prefirió salirse de Puebla en aras de no afectar a su familia política).

En Tlaxcala, sin duda, contribuyó en el triunfo de Marco Mena.

Las circunstancias lo llevaron a regresar a Puebla sin reflectores ni estruendos.

Y ahí estaba muy tranquilo, cuando Dante Delgado lo invitó —como ya lo relató el columnista Ricardo Morales— a ser el número cuatro de la lista plurinominal de candidatos a diputados federales de Movimiento Ciudadano en la Cuarta Circunscripción.

Quienes lo conocen, saben que Elías se meterá de lleno en su papel de coordinador municipal de MC en la capital poblana, posición ofrecida también por el dirigente veracruzano.

Hoy, recién llegado a esa trinchera, está listo para apoyar a los candidatos de Por México al Frente, tanto a Martha Érika Alonso como a Eduardo Rivera.

De algo estoy seguro:
Elías viaja sin reflectores bajo el brazo.

 

El Cronista, el Defraudador y el Coordinador de Meade

Crispín Montoto Garrido, sedicente cronista, utilizó recursos públicos —del gobierno federal— para la maquila de un libro lleno de imprecisiones y lagunas: “Huasteca Poblana, sierra, sol, lluvia y huapango”.

Su promotor, el diputado priista Carlos Barragán, coordinador de la campaña de José Antonio Meade en Puebla, quedó muy contento con el pastiche, seguramente porque ni siquiera lo leyó.

El problema en este caso no es que un mal cronista escriba un pésimo libro.
(Eso pasa todos los días, y no es delito).

Lo grave es que haya usufructuado 700 mil pesos del gobierno federal para tal fin.
Montoto se sinceró una vez publicado el librito con la periodista Leticia Ánimas Vargas:
“Llegué (a los pueblos) de pisa y corre. (Y en ocasiones) No estaba el presidente municipal, que es quien sabe con quién canalizarnos”.

Bonito papelazo.

El señor cronista quería incorporar documentos oficiosos en un libro de historia.
Dejo al hipócrita lector con algunos fragmentos del reportaje que Leticia Ánimas Vargas escribió sobre este fraude cantado:

“Montoto admitió que echó mano de datos ‘erróneos’ y desactualizados del portal del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal www.inafed.mx para elaborar en dos meses el libro (…) en el que se invirtieron 700 mil pesos que fueron etiquetados desde la Cámara de Diputados por el legislador federal Carlos Barragán Amador. Montoto Garrido aceptó realizar el libro en dos meses, a pesar de que sabía que tenía que investigar en documentos y en campo la influencia de la cultura huasteca en 37 municipios de la Sierra Norte poblana que han sido considerados como parte de esta región por el Programa de Desarrollo que opera la Secretaría de Cultura de la federación”.

Lo bueno es que en su cinismo, el autor del pastiche dijo que el resultado fue un trabajo ‘modesto’ e incompleto (más incompleto que modesto) y que en ediciones posteriores ‘podrá irse complementando’.

Agregó que “la realización del material fue un reto debido a que llegó a municipios en donde ‘no hay historiador, no hay cronista’, por lo que tuvo que investigar sus características en el internet”.

Genial.

El cronista recurrió al copy paste para un libro con dinero público.

Esto es como si un constructor hubiese entregado una carretera llena de hoyos o un edificio sin cimientos.

¿Qué tienen que decir el señor Montoto y su diputado patrocinador?
¿Quién se embolsó el dinero público?

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *