La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

En el gran teatro mexicano estamos viendo un fenómeno singular: los muñecos de madera, plástico y trapo se quieren parecer a su ventrílocuo.

Decenas de miles de candidatos de MORENA, hasta los más profesionales y experimentados, son víctimas de un síndrome: el de la adulación.

Dicha adulación se nutre también de una gran capacidad para imitar todo del modelo a seguir: expresiones, giros idiomáticos y gesticulaciones.

Lo cierto es que los muñecos de ventrílocuo son fáciles de detectar porque carecen de ideas propias y movimientos independientes.

Sus gestos no son naturales.

Y es que requieren la mano del ventrílocuo para tener vida.

Vaya el hipócrita lector a cualquier plaza pública y encontrará a estos personajes.

Su impostación es parte de su naturaleza.

Quieren ser López Obrador pero carecen de talento.

Y más: no tienen la “honestidad valiente” del próximo presidente de México.

Sus roperos están llenos de cadáveres.

Su trato es despótico.

Les falta el “modito” del Mesías para brillar en sociedad.

En el libro de Enrique Krauze sobre los liberales mexicanos del siglo XIX hay una escena que retrata a Benito Juárez y, en consecuencia, a López Obrador:

La hija del entonces gobernador de Oaxaca le negó una pieza de baile a un estudiante pobre argumentando que se sentía indispuesta.

Inmediatamente después aceptó la invitación de un estudiante rico.

Juárez se interpuso y le dijo a éste que su hija estaba indispuesta y que no bailaría con él.

Luego le reprochó a la hija el desdén cometido.

Finalmente se acercó al estudiante pobre —y rechazado— y le dijo que su hija ya se sentía bien para bailar con él.

Y así ocurrió.

Así era Juárez.

Así es López Obrador.

Así no son los patéticos muñecos de madera, plástico y trapo que se desgañitan imitando a su amo en plazas y auditorios del país.

 

Bourdain en Izúcar de Matamoros

Anthony Bourdain buscaba contar historias a través de la comida.

Lo hizo toda la vida, hasta que su suicidio lo apartó del mundo que amaba.

Cuando llegó a ser el chef internacional que fue, regresó a los orígenes de las salsas en molcajete.

En ese contexto viajó a Izúcar de Matamoros, de donde eran originarios varios de sus cocineros en Nueva York.

Eduardo Caccia, articulista de Reforma, nos relata ese viaje antropológico:

“Viajó a Izúcar de Matamoros, Puebla, porque admiraba el gran trabajo de los mexicanos en su cocina en Nueva York; quería saber qué había en aquel lugar que producía ese tipo de talento. Lo expresó con la sensibilidad de quien tiene como escenario la vida y no un estudio de televisión: ‘quiero ir allá y que me cocine la mamá de alguien, no me importa de quién pero que sea una mamá’. No sólo intuía una verdad antropológica y tribal, también quizá, abría una herida de su vida o de su cultura, en donde los sabores caseros, en buena medida, han sido sustituidos por la comida de combos y salsa de tomate en sobrecitos de plástico.

“En su memorable visita a la casa materna de sus colaboradores hace un homenaje a la familia mexicana y al trabajo manual y paciente de las mujeres de casa, describe su manos delicadas pero se fija en los brazos fuertes que muelen semillas en la piedra. Desde su blog escribió, siguiendo los pasos de Lowry, Bajo el volcán, homenaje a México, su gente, su comida, bebida y cultura: ‘México. Nuestro hermano de otra madre. Un país con quien, nos guste o no, estamos inexorablemente, profundamente involucrados, en un abrazo cercano pero a menudo incómodo’.”

Hasta aquí la larguísima pero conmovedora cita.

Bourdain encontró la dicha en la comida.

Era un hombre feliz, millonario, exitoso.

¿Qué ogro tan perverso lo mató por dentro?

 

Guiños en Zacatlán

A diferencia de otros espacios del país, en Zacatlán el PRI va a la alza.

Luis Márquez Lecona, un empresario muy apreciado en la región, aventaja en las encuestas a sus contendientes.

Lo curioso es que don Luis crece más todos los días.

Técnicamente, el empresario ya se despegó en la puja por la Presidencia Municipal.

Hay que decir que sólo en tres municipios en el estado el PRI tiene alianzas comunes con Nueva Alianza: Zacatlán, Xicotepec y Eloxochitlán.

Y algo más:

Hace unos días, en el contexto de un mitin de Martha Érika Alonso, de Por Puebla al Frente, don Raúl de la Llata no fue invitado a subir al escenario y mucho menos le dieron la palabra.

Algunos priistas traducen la señal en beneficio de don Luis Márquez Lecona.

¿Será?

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